El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, visitará Kazajistán y Uzbekistán la semana próxima, anunció el jueves el departamento de Estado, para acercarse a antiguas repúblicas soviéticas inquietas por la invasión rusa de Ucrania.
Blinken sostendrá conversaciones el martes en la capital de Kazajistán, Astaná, antes de dirigirse a Taskent, la capital de Uzbekistán, en su camino a una cumbre de ministros de Relaciones Exteriores del G20 en Nueva Delhi, agregó el departamento de Estado.
El viaje se producirá días después de que se cumpla el primer aniversario de la guerra en Ucrania, país que ha recibido miles de millones de dólares en apoyo económico y armamento de Estados Unidos para ayudar a repeler a los invasores rusos.
Con excepción de Bielorrusia, cuyo hombre fuerte Alexander Lukashenko es un aliado cercano del presidente ruso Vladimir Putin, las exrepúblicas soviéticas fuera de Rusia se han negado a apoyar la causa de Moscú pese a los estrechos lazos económicos y en materia de seguridad.
El presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, que había apelado a una «fórmula de paz» entre Rusia y Ucrania, dejó ingresar a su territorio a decenas de miles de rusos que buscaban escapar de la movilización militar decretada por Putin en septiembre.
Tokayev también se reunió con Putin en noviembre y describió a Rusia como un «socio estratégico».
Uzbekistán también se ha mantenido neutral sobre el conflicto en Ucrania.
Su líder, Shavkat Mirziyoyev, ha llevado a cabo reformas económicas y sociales, pero pese a los avances, oenegés todavía acusan al país de violar las libertades fundamentales.
Otras potencias han buscado acercarse a estos países. El presidente chino, Xi Jinping, viajó allí en septiembre para hacer su primera visita de Estado después de la pandemia de covid.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dio la bienvenida a Tokayev y Mirziyoyev en París a finales del año pasado y ha hablado con otros líderes de la región.
AFP