Una carta enviada desde el pasado mes de abril por el presidente de la Asociación de Condominios Champlain Towers South, Jean Wodnicki, alertaba que el daño en la zona del estacionamiento ubicada en el sótano del edificio había “empeorado significativamente” desde una inspección que había sido realizada aproximadamente dos años y medio antes.
En la misiva también se hacía referencia al deterioro del concreto del edificio, el cual se estaba “acelerando”.
“Hemos discutido, debatido y argumentado durante años, y continuaremos haciéndolo durante los próximos años a medida que entren en juego diferentes elementos”, decía la carta.
En el texto de siete páginas, Wodnicki detallaba cuáles eran las reparaciones más importantes que debían realizarse en el edificio, luego de que en el año 2018, tras la contratación de la firma de ingeniería Morabito Consultants para realizar una inspección en el edificio, el resultado arrojó que había un “error mayor” en el diseño de las columnas de concreto del edificio, ya que presentaban desmoronamiento en el área del sótano donde se ubica el estacionamiento, debajo de la estructura.
Por esta razón alertó que de no solucionar ese problema en el “futuro cercano, la extensión del deterioro del concreto se expandirá exponencialmente”.
Treinta meses después de esta inspección, Wodnicki dijo en su carta que “de hecho, el daño observable, en el estacionamiento, ha empeorado significativamente” desde la primera inspección.
“Cuando se puede apreciar a simple vista el concreto agrietado, eso significa que la barra de refuerzo que lo mantiene unida se está oxidando y deteriorándose debajo de la superficie”, alertó el Wodnicki.
La carta del condominio sugería que los millones de dólares necesarios para las reparaciones podrían haber sido motivo de frustración entre los residentes.
Algunos vecinos aseguraron a medios locales como USA Today, haber estado al tanto de los resultados de las inspecciones del 2018. Incluso, realizaron votaciones y asambleas para discutir la urgencia en cuanto a las reparaciones al “daño estructural importante” que afectaba al edifico desde entonces. Sin embargo, cuando discutieron los costos de los arreglos, que para ese año se ubicaban alrededor de los siete millones de dólares, hubo diferencias y conflictos que no permitieron llegar a un acuerdo.
Posteriormente asumió una nueva junta que trató de consensuar con todos los puntos de vista para llegar a una solución, pero perdieron mucho tiempo, alrededor de un año, tratando de lidiar con los daños que señalaba el informe.
“Habían estado hablando de eso durante bastante tiempo”, dijo Marta Castro, una residente de la torre este del Champlain Tower, quien asegura que conversaba a menudo con los vecinos del edificio colapsado. “Los pocos con los que hablé estaban preocupados por los aspectos financieros”.
Castro, que es ex miembro de la junta de la asociación de propietarios en Champlain Tower East, dijo que la torre sur siempre parecía desordenada, con grietas en el concreto que eran evidentemente visibles, además de notarse que necesitaba mantenimiento en cuanto a la pintura. Aseguró que era amiga de varias personas en la torre derrumbada que están desaparecidas y probablemente muertas, lamentó.
“Debido a que gran parte del trabajo de concreto / impermeabilización necesario es subterráneo, debemos levantar casi todo el nivel del suelo del lote para acceder a las áreas que requieren reparación”, escribió Wodnicki en su carta fechada del 9 de abril.
Advirtió que “al realizar cualquier trabajo de restauración de concreto, es imposible saber la extensión del daño a la barra de refuerzo subyacente hasta que el concreto se abre”.
“A menudo, el daño es más extenso de lo que se puede determinar mediante la inspección de la superficie”, agregó.
Wodnicki concluyó con una nota en la que dijo que esperaba que la carta ayudara a los residentes a comprender mejor por qué una próxima evaluación sería tan costosa, y dijo que algunos residentes habían creído que “estamos evaluando demasiado”.
“Su Junta Directiva está trabajando muy duro para llevar a buen término este proyecto”, dijo, y agregó que habían estado haciendo consultas con distintos profesionales relacionados con los trabajos como ingenieros, contadores y abogados.
“Ya hemos cubierto mucho terreno para poner en marcha el proyecto… Hemos discutido, debatido y argumentado durante años, y continuaremos haciéndolo durante los próximos años a medida que entren en juego diferentes elementos“.
75 días después, el edificio se derrumbó.