La Casa Blanca descartó este martes la imposición de cualquier forma de pasaporte sanitario de vacunación contra el coronavirus en Estados Unidos, pero advirtió que las empresas privadas eran libres de explorar la idea.
«El gobierno no apoya ni apoyará ahora un sistema que requiere que los estadounidenses porten una credencial. No habrá una base de datos federal de vacunas ni un mandato federal que requiera que todos obtengan una única credencial de vacunación», indicó a la prensa la secretaria de prensa, Jen Psaki.
Los llamados pasaportes de vacunas, que prueban que alguien ha sido inoculado contra la COVID-19, se han promocionado en todo el mundo como una herramienta potencialmente poderosa para reabrir países de manera segura a reuniones masivas y viajes.
Sin embargo, la idea ha provocado un rechazo generalizado ante preocupaciones relacionadas con la privacidad u otros abusos de los derechos civiles.
Psaki señaló que el mayor interés proviene de empresas privadas que buscan reabrir sitios donde «hay grandes franjas de gente», como en estadios o teatros.
«Nuestro interés es muy simple desde el gobierno federal, que es la privacidad y los derechos de los estadounidenses deben protegerse, y por tanto que estos sistemas no se utilicen injustamente contra la gente», puntualizó.
Con información de AFP