Más inmigrantes continúan llegando en autobuses a Chicago provenientes de Texas, pero grupos de defensa que han estado trabajando con la comunidad indocumentada, dicen que la ciudad «no tiene la infraestructura» para atenderlos a todos y aún se debe mejorar muchas fallas.
Más de 2.500 migrantes han sido enviados a Chicago desde agosto, por órdenes del gobernador de Texas, Greg Abbott.
Por ello, los líderes de la ciudad y del estado iniciaron una estrategia de respuesta rápida para ubicar a los migrantes, pero los activistas y organizaciones de inmigración sienten que los esfuerzos para mejorar los servicios sociales son parte de una solución de emergencia, no a largo plazo.
También critican que estas medidas temporales no tienen en cuenta a las miles de personas indocumentadas que ya pasan dificultades para vivir en esa ciudad.
Chicago ha establecido viviendas temporales en refugios y hoteles y un centro de recepción donde las personas que llegan en autobús pueden contactar a sus familiares y acceder a ayuda médica, legal y otros servicios como parte de la estrategia de respuesta inmediata.
El viernes, la ciudad dijo en un comunicado que cada individuo no solo recibe alojamiento, alimentos y atención médica, sino también «un manejo profundo de sus casos y conexiones a los servicios».