Stewart Rhodes, líder de las milicias de ultraderecha estadounidenses Oath Keepers, fue condenado este jueves a 18 años de prisión por «sedición», la sentencia más grave pronunciada hasta ahora vinculada al asalto al Capitolio en 2021.
Rhodes fue una de las más de 1000 personas acusadas por el ataque del 6 de enero de 2021 por parte de una multitud arengada por el entonces presidente Donald Trump. Los atacantes tenían como objetivo impedir que el Congreso certificara a Joe Biden como el ganador de las elecciones de noviembre de 2020.
«Usted representa una amenaza persistente y un peligro para el país», dijo el juez federal Amit Mehta al justificar la severidad de la pena pronunciada contra el fundador de Oath Keepers.
«La conspiración sediciosa es uno de los delitos más graves que puede cometer un estadounidense», añadió.
Los Oath Keepers participaron, con un arsenal de armas, en el asalto al Capitolio realizado por los partidarios del entonces presidente Trump.
«Usted es inteligente, carismático y convincente y eso es francamente lo que lo hace peligroso», dijo Mehta, rechazando la afirmación de Rhodes de que era un «prisionero político».
La sentencia no alcanzó los 25 años que pretendía el gobierno, aunque Mehta aceptó el argumento de que el plan de los Oath Keepers para impedir violentamente que Biden se convirtiera en presidente se asimilaba al terrorismo.
Justo antes de la sentencia, Rhodes, con un parche en el ojo y vestido con su mono naranja de prisionero, defendió de manera desafiante a su grupo y sus acciones en apoyo de Trump.
«Soy un preso político», declaró, comparándose con el famoso disidente soviético Aleksandr Solzhenitsyn. «Mi único crimen es oponerme a quienes destruyen nuestro país», lanzó.
-Culpar a Trump –
Pero la posesión de un arsenal por su grupo en las afueras de la ciudad y el uso de ropa de combate en su avance organizado hacia el Capitolio mostraron un nivel de planificación y preparación para la violencia muy aceitado.
Rhodes, de 57 años, y Kelly Meggs, de 53, líder del capítulo de Florida de Oath Keepers, fueron condenados por un jurado de Washington en noviembre por el cargo rara vez empleado de conspiración sediciosa.
Megs, que sí ingresó al Capitolio, recibió doce años de cárcel.
En el mismo juicio, otros tres integrantes de Oath Keepers fueron condenados por obstruir un procedimiento oficial, al haber forzado el cierre del Congreso y obligar a los legisladores y al vicepresidente Mike Pence a refugiarse en un lugar seguro.
Durante el juicio, los fiscales dijeron que los Oath Keepers «idearon un plan para una rebelión armada (…) conspirando para oponerse por la fuerza al gobierno de Estados Unidos».
Los abogados de Rhodes señalaron que él mismo nunca entró al edificio del Capitolio y que no instó a otros a que lo hicieran.
Pero Mehta rechazó ese argumento como atenuante. Rhodes era inequívocamente el líder del grupo, argumentó.
«Se graduó en Derecho en Yale y es un tipo bastante inteligente», agregó el juez. «Él era el que daba las órdenes. (…) Estaban allí por él».
Sin embargo, el abogado de Rhodes, Phillip Linder, sostuvo que su cliente no debería ser considerado responsable del ataque al Capitolio y señaló con el dedo a Trump.
«Creo que lo que pasó el 6 de enero fue deplorable», pero Rhodes no planeó el levantamiento, insistió.
«Necesitamos ver qué causó esto. (…) ¿Quién inició el 6 de enero?», remarcó Linder. «Él (por Rodes) no fue quien comenzó esa retórica que enardeció a la gente».
AFP.