El Congreso de EE.UU. debe votar el viernes sobre la expulsión del republicano George Santos tras un reciente informe acerca de diversas irregularidades y delitos financieros que le involucran, algo que el brasileño-estadounidense consideró este jueves en Washington como «hostigamiento» intimidatorio y «una persecución» política.
Santos, de 35 años e hijo de inmigrantes brasileños, se mantuvo desafiante este jueves al dar una conferencia de prensa previa al tercer intento legislativo por expulsarle considerándole «no apto» para ejercer el cargo: «Si me voy, ellos ganan», dijo a los periodistas convocados frente al Capitolio.
«Esto es acoso», subrayó Santos, cuyo destino estará en juego el viernes en la Cámara de Representantes, donde ya fracasaron los dos intentos previos y es necesaria una mayoría de dos tercios del recinto -de 435 escaños – para la expulsión.
Pero esta vez, no se descarta que incluso algunos correligionarios compatriotas apoyen su salida.
Hace dos semanas, un informe de legisladores republicanos y demócratas miembros del Comité de Ética de la Cámara encontró «evidencia abrumadora» de mala conducta por parte de Santos y alegó que había «tratado de explotar fraudulentamente todos los aspectos de su candidatura a la Cámara para su propio beneficio financiero personal».
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Este abogado elegido por el estado de Nueva York, declaró a los medios que «cada vez por diferentes motivos persisten» en su intento por expulsarle, pero está decido a «seguir luchando» por demostrar su inocencia frente a «todas las acusaciones».
Consideró que lo presionaban «matones» y se negó a dimitir.
Santos se declaró recientemente no culpable de acusaciones federales como haber defraudado a sus donantes de campaña, así como de lavado de dinero y fraude electrónico.
Entre otras cosas, se dice que utilizó dinero de donaciones en cirugías con técnica Botox y como usuario del sitio web pornográfico Onlyfans, fraude con tarjetas de crédito y robo de identidad. También se le acusa de cobrar prestaciones por desempleo a las que no tenía derecho durante la pandemia de coronavirus, antes de su elección.
El legislador llegó al Congreso en 2022, ayudando a los republicanos a conseguir una mayoría mínima en la Cámara.
Sin embargo, poco tiempo después salió a luz que había mentido sobre casi todo lo que aparecía en su aparentemente deslumbrante currículum.
De ser expulsado, sería la primera vez desde 2002 que la Cámara echa a uno de los suyos. Apenas cinco legisladores resultaron expulsados de este recinto.
AFP