Desde este lunes, el Congreso de EE.UU. asume una nueva problemática política en la que los legisladores tienen cinco días para evitar una paralización parcial del Gobierno.
Asimismo, durante esta semana se espera que siga aumentando la presión conservadora para que se celebre un juicio político contra el principal responsable de fronteras del presidente Joe Biden.
Los legisladores tienen la tarea urgente de evitar una paralización parcial del Gobierno cuando se agoten los fondos a medianoche del viernes.
Actualmente no hay un plan para evitarlo. Schumer dijo el domingo que los republicanos necesitan más tiempo para «ordenarse», mientras que Johnson acusó a los demócratas de imponer nuevas exigencias.
Por otra parte, la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, también está tratando de encontrar una vía para llevar ayuda de Estados Unidos a Ucrania, Israel y Taiwán, y tiene previsto escuchar el testimonio a puerta cerrada del hijo de Biden, Hunter Biden, en una investigación que hasta ahora no ha encontrado pruebas de irregularidades por parte del presidente.
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Han pasado casi dos meses desde que el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, y el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, acordaron un nivel de gasto discrecional de 1,59 billones de dólares para el año fiscal que comenzó el 1 de octubre, pero el Congreso no ha logrado aprobar una ley al respecto.
«La situación es cada vez más caótica», afirmó Brian Riedl, investigador del derechista Manhattan Institute. «Cuanto más tiempo funciona mal el Congreso, más se retrasa en la aprobación de leyes urgentes y prioritarias».
Las principales agencias de calificación afirman que las reiteradas disputas están afectando a la solvencia de un país cuya deuda ha superado los 34 billones de dólares.
VOA