Continúan las tensiones entre el poder legislativo y el ejecutivo en los Estados Unidos. Este jueves el Senado votó a favor de rechazar la declaración de emergencia nacional propuesta por el mandatario estadounidense para financiar la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México.
Por 59 votos contra 41, la resolución fue aprobada por el Senado de mayoría republicana. Trump ha prometido vetarla y es poco probable que el Congreso tenga suficientes votos para imponer su voluntad.
Aun así la votación es una marcada expresión de disenso por parte de los republicanos, pues es la primera vez que el Congreso usa su poder para rechazar una declaración de emergencia presidencial.
En total 12 senadores republicanos se sumaron a los demócratas para frenar las intenciones de Donald Trump en materia de seguridad fronteriza.
Más temprano, el presidente Trump al ser cuestionado sobre esta posible votación en contra, indicó que vetaría la decisión del Congreso, el cual sería su primer veto, y aseguró que la declaración de emergencia en la frontera es «totalmente constitucional».
«No sé que votarán. No importa. Probablemente deba vetarlo y no va revertido y tendremos todo nuestro asunto. Todos los estudiosos legales dicen que es totalmente constitucional. Es muy importante. Es un voto sobre seguridad fronteriza. Es puro y simple, y es un voto por seguridad fronteriza», explicó.
«Vamos a tener una frontera muy fuerte muy pronto», afirmó el mandatario.
Muchos republicanos han expresado su inquietud por la declaración de emergencia nacional dirigida a obtener fondos para un muro en la frontera sur, señalando que la Constitución de Estados Unidos otorga al Congreso autoridad sobre asuntos relacionados con los gastos.
Pero se esperaba que la mayoría vote contra la medida de desaprobación, citando la urgente necesidad de asegurar la frontera sur de Estados Unidos.
La Cámara de Representantes liderada por los demócratas ya aprobó la medida, que provocaría el primer veto de la presidencia de Trump si llega a su escritorio.
Aparte de la acción del Congreso, la declaración de emergencia nacional está siendo cuestionada en el sistema judicial federal, que puede tener la última palabra sobre si sobrevive o no.
Este revés aumentó las probabilidades de que Trump se vea obligado a emitir el que sería el primer veto de su presidencia por las deserciones de su propio partido, en una lucha que está directamente relacionada a su promesa de campaña de construir barricadas a lo largo de la frontera sur del país.
También deja a los senadores republicanos ante una difícil decisión: desafiar a un presidente que goza de una lealtad apasionada por parte del electorado conservador, o aceptar lo que muchos legisladores de ambos partidos consideran una expansión dudosa y peligrosa de la autoridad presidencial.