Proud American Vanlines. Ese era el nombre de una compañía que decía ser de mudanzas y en realidad era una pandilla que secuestraba muebles y demás posesiones, y terminó estafando a decenas de personas en todo el país.
¿Cómo operaba? Después de que los clientes contrataban sus servicios y pagaban los depósitos, los dueños de la «compañía» subían el precio del servicio y agregaban gastos adicionales. Y si un cliente se negaba a pagar el precio que fijaban, le quitaban las pertenencias.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, Proud American Vanlines robó las identidades de respetadas compañías de mudanzas como American Eagle Moving, Titan Moving and Storage y Trans World Van Lines, entre otras, y las utilizó para atraer a usuarios que no sospechaban lo que les podría ocurrir.
Presuntamente, se valía de falsas reseñas en Internet donde se elogiaban sus servicios con cinco estrellas.
Los dueños de Proud American Vanlines: Matthew K. Pardi, de 37 años y Ashley Lynn Hars, de 36, fueron acusados de estafa postal, transporte interestatal de propiedades obtenidas mediante fraude, y de robo de identidad, así como de guardar las pertenencias de los clientes como una forma de rescate. Así lo hicieron durante la estafa millonaria que perpetraron por más de tres años.
El caso, que investigó el El Buró Federal de Investigaciones (FBI), y el Departamento de Transporte de la Oficina del Inspector General, está a cargo de la fiscal federal Nancy Rue.
De ser hallados culpables, Pardi y Hars enfrentan multas de hasta $6.25 millones, y una posible sentencia máxima de más de 300 años de cárcel.
Con información de El Nuevo Herald.