Héctor Benitez Caña, abogado de inmigración, afirmó que los migrantes que cruzan la frontera «han visto Estados Unidos como un territorio de salvación y añadió que son incontables «los testimonios que dan constancia permanente» de todo lo que se vive en la selva del Darién y en el Río Bravo.
Benitez Caña en conversación con José Pernalete, alertó que en la frontera con México, se han venido dando nuevas modalidades de tráfico humano y un esquema de corrupción de las autoridades mexicanas a través de los nuevos requerimientos para las visas de los venezolanos.
Asimismo, señaló que se ha visto un incremento muy importante en el cruce irregular de ciudadanos colombianos y también de ciudadanos haitianos tratando de llegar a Estados Unidos. Y manifestó que se está usando el esquema del TPS y del asilo, como gancho para enamorar al inmigrante.
«Se está usando el esquema del TPS y el esquema del asilo, el que la gente tiene algo de documentación a la mano, para justificar que va a haber una condición permanente y es lo que utilizan como gancho para enamorar al inmigrante», aseveró.
Otros esquemas de migración
El abogado resaltó que «muy probablemente» una gran cantidad de venezolanos no se han dado cuenta de que tienen otros esquemas de migración legal hacia Estados Unidos «que no son las visas de turismo y que probablemente van tener costos más económicos» que los que ya forman parte del tráfico humano.
Héctor Benitez Caña dijo que se vienen dando «montos por persona que alcanzan los 3.500 dólares, solo para cruzar la frontera. «Tienen que pagárselos a los coyotes de contado, y venden todas sus posesiones para llegar a la meta», cuando existen modalidades legales como visas de estudiantes, visas de entrenamiento, peticiones de trabajo y peticiones de familiares.
Por ello, considera que se está dando un mensaje a través de traficantes donde afirman que la gente va a tener su documentación permiso de trabajo y su estabilidad migratoria, pero «no hay nada más alejado de la realidad».
Benitez Caña subrayó que las personas que logran cruzar la frontera tienen unas probabilidades de «éxito absolutamente bajas» en la defensa de una solicitud de asilo. Y expresó que se está dando no solamente un tráfico de crisis, sino también un tráfico humano.