Un ataque durante la evacuación del aeropuerto de Kabul dejó 173 muertos fue ejecutado por un terrorista suicida, concluyó este viernes una investigación del Pentágono.
La investigación descartó más de un autor o que alguien usara armas de fuego en el atentado del 26 de agosto, que fue reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI).
Al menos 160 civiles afganos y los 13 soldados estadounidenses murieron en el atentado, que se produjo durante los últimos días de la retirada del ejército estadounidense tras dos décadas de guerra, según la investigación.
La bomba explotó en medio de una densa multitud a las afueras del aeropuerto, mientras miles de personas se apresuraban a intentar entrar para escapar en el puente aéreo gestionado por Estados Unidos.
Aunque se produjeron algunos disparos tras el atentado, los agentes estadounidenses indicaron que se trataba de disparos de advertencia y que ninguno de los fallecidos en el suceso murió a causa de ellos.
«No hubo heridas de bala» entre las víctimas, dijo el general de brigada Lance Curtis, que presentó las conclusiones de la investigación el viernes.
Señaló que las muertes se produjeron por la metralla, incluidos los rodamientos de la bomba, cuyas heridas pueden parecerse a las de los disparos.
Curtis admitió que ese día, los militares estadounidenses pensaron que el ataque era «complejo», involucrando a un pistolero del Estado Islámico además del terrorista.
«Ahora sabemos que el explosivo disparó bolas que causaron heridas que parecían disparos (..) Eso llevó a muchos a asumir que un ataque complejo se había producido», declaró Curtis a los periodistas.
Además, contribuyó a la confusión el hecho de que la metralla de la explosión perforó las latas de gas lacrimógeno que llevaban las tropas estadounidenses para controlar a la multitud.
Eso creó «un caos instantáneo y una sobrecarga sensorial», según uno de los funcionarios que informó a los periodistas sobre la investigación.
El autor del atentado, vestido de negro, que aparece en el único video del atentado, fue identificado posteriormente por el Estado Islámico como Abdul Rahman Al-Logari, quien fue liberado de una prisión por los talibanes después de que tomaran el control de Kabul el 15 de agosto.
AFP.