Estados Unidos anunció el viernes que seguirá aplicando los aranceles que impuso el anterior gobierno de Donald Trump a productos chinos, luego de cientos de solicitudes de empresas estadounidenses.
El presidente Joe Biden había estado considerando la eliminación de algunos de esos aranceles, en medio de la presión para aliviar la creciente inflación estadounidense.
Pero su equipo estaba dividido, y la Representante de Comercio Katherine Tai (USTR) presionó para mantenerlos.
Los gravámenes podrían haber terminado al cumplir cuatro años, el 6 de julio y el 23 de agosto, si no hubiera habido objeciones de las empresas estadounidense.
«Los representantes de industrias nacionales indicaron que se beneficiarían de la acción comercial de varias formas», detalló la USTR en el documento en que justifica la decisión.
En efecto, unas 350 empresas pidieron mantener los impuestos aduaneros.
La USTR «procederá a un examen» de los impuestos aduaneros sus las «consecuencias sobre la economía estadounidense, incluso el consumo».
Una primera serie de aranceles se impuso el 6 de julio de 2018, antes de tres otras tandas que representan un total de 350.000 millones de dólares de exportaciones anuales provenientes del gigante asiático.
Trump tomó las medidas como represalia a las prácticas comerciales chinas consideradas como «desleales», como el «robo» de propiedad intelectual o la transferencia «forzada» de tecnología.
Dos otras listas de productos chinos, por 200.000 millones y 126.000 millones de dólares, expirarán el 24 de septiembre de 2022 y el 1 de septiembre de 2023, respectivamente.
AFP