Estados Unidos (EE.UU.) suministrará a Ucrania municiones de racimo, anunció la Casa Blanca, cruzando un umbral importante en el tipo de armamento ofrecido a Kiev en plena contraofensiva contra la invasión rusa.
El presidente Joe Biden «lo aprobó (…) tras una recomendación unánime», declaró a la prensa el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, quien añadió que es «lo correcto».
Sullivan añadió que los ucranianos dieron garantías «por escrito» sobre el uso que harían de estas armas para minimizar «los riesgos que suponen para la población civil».
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Las municiones de racimo son armas que liberan o dispersan submuniciones concebidas para detonar antes, durante o después del impacto. Dependiendo del tipo de arma utilizada, el número de submuniciones oscila entre unas pocas decenas y más de 600.
Este anuncio forma parte de un nuevo paquete de ayuda militar de 800 millones de dólares a Ucrania, que eleva a más de 41.000 millones el total desde el inicio de la guerra en febrero de 2022.
Además de las municiones de racimo, Estados Unidos suministrará vehículos blindados, munición de artillería, armas antitanque y otros equipos.
Muchos países han prohibido su uso y producción en virtud de la Convención de Oslo de 2008, de la que no forman parte Estados Unidos ni Ucrania.
Sullivan justificó largo y tendido la decisión, muy criticada por las oenegés. Afirma que la artillería es crucial en esta guerra y que Rusia las usa desde el comienzo de la misma.
Asimismo, afirmó que la propuesta de ingreso de Ucrania en la OTAN se discutirá, pero no se decidirá en la cumbre de la organización la próxima semana en Vilna.
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Kiev «todavía tiene que dar más pasos antes de la adhesión» y «no se unirá» en este momento, afirmó cuando el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, está inmerso en una gira internacional en busca de apoyo para la adhesión de su país a la Alianza Atlántica.
En cuanto a Suecia, el otro país que espera entrar en la OTAN, la Casa Blanca es más optimista.
Es «posible» que Turquía y Hungría dejen de bloquear su ingreso durante la cumbre de Vilna, pero si no lo hacen «ocurrirá en un futuro no muy lejano», estimó Sullivan.
Turquía y Hungría son los únicos de los 31 estados miembros de la OTAN que aún no han ratificado la adhesión de Suecia.
Las discrepancias se deben a la posición de Suecia respecto a los movimientos de oposición kurdos, como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que Ankara incluye en su lista negra de los grupos que considera «terroristas».
Las relaciones bilaterales se complicaron aún más hace unos días cuando un iraquí quemó un ejemplar del Corán frente a la principal mezquita de Estocolmo.
En Hungría el Parlamento incluyó la candidatura de Estocolmo entre los temas que debe votar, pero se prevé que suspenda las sesiones el 7 de julio, cuatro días antes de la cumbre de Vilna.
AFP