Estados Unidos reclamó una investigación «inmediata» sobre la muerte de un niño palestino de siete años que fue enterrado el viernes en Cisjordania, un día después de su fallecimiento en circunstancias controvertidas durante una operación israelí.
Cientos de personas participaron en el funeral de Rayan Yaser Suleiman en la localidad de Tuqu’, al sur de Cisjordania. La cabeza del niño estaba envuelta en un keffieh palestino.
Un primo de la víctima, Mohamed Suleiman, dijo a la AFP que «varios soldados israelíes habían entrado [el jueves] en la casa de la familia» del niño.
«Rayan volvía de la escuela y cuando vio a los soldados frente a su casa, comenzó a correr y cayó», añadió, sin dar más detalles.
El niño fue declarado muerto más tarde en el hospital de Beit Jala, cerca de Belén.
Según los ministerios palestinos de Salud y Relaciones Exteriores, el niño murió después de caer de un edificio «mientras era perseguido por las fuerzas de ocupación israelíes» en Tuqu’.
Por su parte, el ejército israelí indicó que los soldados habían registrado la zona después de que «varios palestinos arrojaran piedras contra civiles», sin precisar quiénes eran los civiles.
En un comunicado, añadió que, durante una investigación preliminar, se estableció que «no había relación entre las operaciones de búsqueda realizadas por los soldados en esa zona y la trágica muerte del niño».
Estados Unidos se declaró el jueves «a favor de una investigación profunda e inmediata sobre las circunstancias que provocaron la muerte de este niño».
El incidente tuvo lugar tras la muerte de al menos cuatro palestinos durante una operación israelí en el campamento de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania, y en los enfrentamientos posteriores, según el ministerio de Salud palestino.
AFP