Perú anunció este sábado que reanudará la cooperación con Estados Unidos para interceptar avionetas en el marco de la lucha contra el narcotráfico, luego que Washington levantó un veto impuesto en 2001 por el derribo accidental de una nave con misioneros estadounidenses.
«Ayer (viernes) el ministro de Defensa confirmó que se llegó a buen acuerdo con Estados Unidos en materia de interdicción aérea, (…) ese apoyo se va a reanudar, se levantó este veto y va a permitir que el Perú pueda hacer ejercicio y uso de la interdicción aérea no letal», dijo el primer ministro -presidente del Consejo de Ministros-, Alberto Otárola, citado por la agencia estatal Andina.
La medida marcará «un antes y un después en la lucha contra el narcotráfico», agregó el hombre fuerte del gobierno peruano y mano derecha de la presidenta, Dina Boluarte.
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La Fuerza Aérea de Perú volverá a recibir asistencia estadounidense no solamente de fondos sino también de radares, aeronaves, equipamiento y capacitación para actividades de interdicción, según las autoridades peruanas.
El acuerdo para interceptar ‘narcoavionetas’ se logró esta semana durante una visita a Washington del ministro peruano de Defensa, Jorge Chávez, quien se reunió con los Subsecretarios Adjuntos para el Hemisferio Occidental de los Departamentos de Estado y de Defensa, Mark Wells y Daniel Erikson, y el asesor de la Casa Blanca en Seguridad y Defensa, Juan Gonzalez.
La medida implica la reanudación de una estrategia bilateral de lucha contra el narcotráfico que Perú aplicaba junto a Estados Unidos en la década de 1990 y que se suspendió en 2001. Ese año un avión caza peruano derribó por error una avioneta con misioneros estadounidenses y murieron dos personas, lo que llevó a la suspensión del acuerdo.
Perú había reiniciado unilateralmente en 2016 y sin apoyo extranjero la interceptación aérea. Una ley permite derribarlas si no acatan las órdenes de aterrizaje forzado.
Según la policía, avionetas tipo Cessna, generalmente con matrícula boliviana, aterrizan en pistas clandestinas construidas por narcotraficantes en la selva peruana para cargar cocaína y trasladarla a Bolivia y Brasil.
En cada viaje las aeronaves pueden trasladar entre 150 y 250 kilos de droga, de acuerdo con estimaciones oficiales.
Perú es uno de los mayores productores mundiales de hoja de coca y cocaína, según organismos internacionales.
AFP