Estados Unidos condenó este lunes la segunda ejecución en Irán de un manifestante detenido durante las protestas que sacuden el país desde hace tres meses y estimó que estas penas de muerte demuestran que el régimen de la República Islámica teme a su pueblo.
«Condenamos este trato draconiano en los términos más enérgicos», dijo a periodistas el portavoz del departamento de Estado, Ned Price.
«Estas sentencias duras, y ahora la primera ejecución pública (por las manifestaciones) están destinadas a intimidar al pueblo de Irán, están destinadas a suprimir la disidencia y sencillamente demuestran lo mucho que los dirigentes iraníes tienen miedo de su propio pueblo», añadió.
En la ONU, el portavoz Stephane Dujarric pidió el cese de las ejecuciones y dijo que «no hay lugar para la pena capital».
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, estimó que «las circunstancias fueron particularmente crueles», dijo Dujarric.
Majidreza Rahnavard, de 23 años, fue condenado a muerte por un tribunal de la ciudad de Mashhad (noreste) por matar a dos miembros de las fuerzas de seguridad y herir a otras cuatro personas, informó la agencia de noticias del poder judicial Mizan Online.
Fue ahorcado en público en la ciudad, en vez de en el interior de la prisión, añadió.
AFP.