El máximo general estadounidense admitió el miércoles que Estados Unidos «perdió» la guerra de 20 años en Afganistán.
«Está claro, es obvio para todos nosotros, que la guerra en Afganistán no terminó en los términos que queríamos, con los talibanes en el poder en Kabul», dijo el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, en una audiencia en el Congreso.
«La guerra fue un fracaso estratégico», sostuvo Milley ante el Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes sobre la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán y la caótica evacuación de civiles de la capital, Kabul.
«No se perdió en los últimos 20 días o incluso en 20 meses», dijo. «Hay un efecto acumulativo en una serie de decisiones estratégicas que se remontan a mucho tiempo atrás».
Milley es el principal asesor militar del presidente Joe Biden, quien puso fin el mes pasado a la presencia de tropas estadounidenses en Afganistán tras la invasión de 2001.
«Siempre que ocurre un fenómeno como una guerra que se pierde -y así ha sido-, en el sentido de que cumplimos con nuestra tarea estratégica de proteger a Estados Unidos contra Al Qaida, pero ciertamente el final es muy diferente de lo que queríamos», señaló Milley.
«Entonces, siempre que ocurre un fenómeno como ese, hay una gran cantidad de factores causales», dijo. «Y vamos a tener que ver cómo resolvemos eso. Muchas lecciones aprendidas aquí».
Milley enumeró una serie de factores que atribuyó a la derrota de Estados Unidos, que remontó a una oportunidad perdida de capturar o matar al líder de la red yihadista Al Qaida, Osama bin Laden, en el complejo de cuevas de Tora Bora, en el este de Afganistán, en diciembre de 2001.
También mencionó la decisión de 2003 de invadir Irak, que alejó a las tropas estadounidenses de Afganistán, «sin lidiar efectivamente con Pakistán como un santuario (del talibán)», así como la de sacar personal de Afganistán hace unos años.
Biden ordenó en abril la retirada completa de las fuerzas estadounidenses de Afganistán antes del 31 de agosto, siguiendo un acuerdo alcanzado con los talibanes por el expresidente Donald Trump.
Milley y el general Kenneth McKenzie, comandante del Comando Central de Estados Unidos, que abarca Afganistán, dijeron el martes a un comité del Senado que personalmente coincidían con la recomendación de dejar 2.500 soldados desplegados en Afganistán.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que Biden había recibido consejos «divididos» sobre qué hacer en Afganistán, que Estados Unidos invadió tras los ataques de Al Qaida del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
«En última instancia, depende del comandante en jefe tomar una decisión», dijo Psaki. «Tomó la decisión de que era hora de poner fin a una guerra de 20 años».
AFP