Estados Unidos prolongó este miércoles un año más la declaración de emergencia nacional con respecto a Cuba vigente desde 1996 después de que cazas cubanos derribaran dos avionetas del grupo de exiliados Hermanos al Rescate, informó la Casa Blanca.
En una nota que transmitirá al Congreso, el presidente Joe Biden estima que «el gobierno cubano no ha demostrado que se abstendrá de hacer un uso excesivo de la fuerza contra embarcaciones o aeronaves estadounidenses que puedan participar en actividades conmemorativas o protestas pacíficas al norte de Cuba».
Además -dice- «la entrada no autorizada de cualquier embarcación registrada en Estados Unidos en aguas territoriales cubanas sigue siendo perjudicial para la política exterior de Estados Unidos porque dicha entrada podría facilitar una migración masiva desde Cuba».
La declaración de emergencia la impuso el expresidente Bill Clinton en marzo de 1996 después de que cazas cubanos Mig derribaran dos avionetas de los Hermanos al Rescate el 24 de febrero de ese año, con un saldo de cuatro muertos. Este grupo solía llevar a cabo búsquedas de eventuales balseros que huían de la isla en embarcaciones precarias.
Para Estados Unidos «una migración masiva desde Cuba pondría en peligro la seguridad nacional» puesto que «plantea una perturbación o amenaza de perturbación en las relaciones internacionales», apunta Biden.
La isla, bajo embargo estadounidense desde 1962, vive su peor crisis económica en casi 30 años, con una grave escasez de alimentos y medicinas, así como un creciente descontento social que se ha materializado en una disidencia juvenil.
Cuba se halla bajo embargo estadounidense desde 1962, con distintos tipos de sanciones que han variado a lo largo del tiempo.
El expresidente demócrata Barack Obama propició un acercamiento a la isla desde 2015 pero la tensión volvió a recrudecerse con su sucesor, el republicano Donald Trump, quien endureció el embargo económico con el fin de forzar un cambio de régimen.
Biden prometió revisar la política de Trump respecto a Cuba. Pero, después de las manifestaciones de julio pasado que se saldaron con 1.320 detenidos, adoptó sanciones contra altos cargos del gobierno y prometió más medidas a no ser que haya «cambios drásticos» en la isla.
AFP.