Algunos nunca quisieron apoyarlo, pero ahora incluso quienes le fueron leales se volvieron sus detractores: en Estados Unidos, una parte creciente del Partido Republicano muestra abiertamente su aversión a Donald Trump, visto como el artífice de repetidas derrotas electorales.
Los republicanos que inicialmente respaldaron a Trump hacían la vista gorda ante sus excesos siempre y cuando recortara impuestos, nombrara jueces conservadores y, lo más importante, ganara las elecciones.
Pero con el desempeño deficiente del «Grand Old Party» (GOP, nombre oficial del partido republicano) en las elecciones de mitad de mandato del 8 de noviembre, cada vez más políticos republicanos le echan la culpa a Trump.
Los republicanos anti-Trump alguna vez se denominaron «Nunca trumpistas» (Never Trumpers). El grupo más nuevo y más amplio ha adoptado el nombre «Nunca más trumpistas» (Never Again Trumpers), y es posible que tengan una influencia considerable.
«Estoy orgulloso de los logros: de la reforma tributaria, la desregulación y la reforma de la justicia», dijo a ABC Paul Ryan, el último presidente republicano de la Cámara de Representantes (2015-2019) y quien le dio el nombre al nuevo movimiento.
«Estoy muy entusiasmado con los jueces que tenemos no solo en la Corte Suprema, sino en todo el poder judicial. Pero soy de los que dicen ‘Nunca más Trump’. ¿Por qué? Porque quiero ganar y con Trump perdemos. Fue muy claro para nosotros en el 2018, en el 2020 y ahora en el 2022».
Los conservadores anti-Trump jugaron un papel importante en las victorias demócratas en las elecciones de medio mandato de 2018, y especialmente en 2020, con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca.
Pero ejercían poca influencia dentro de sus propias filas republicanas, donde eran considerados apóstatas por la dirigencia, que había abrazado la vena tempestuosa y populista de su líder Trump.
– «Trump bien podría perder» –
Los nuevos críticos del trumpismo no son simples militantes, hay muchas voces influyentes, capaces de dar forma al futuro del GOP.
Incluye un puñado de gobernadores, varios exfuncionarios del gabinete de Trump, legisladores en ejercicio y también figuras con proyección de liderazgo nacional.
La estrella republicana en ascenso Ron DeSantis, reelegido gobernador de Florida el 8 de noviembre y visto como su oponente más serio para las primarias de 2024, se ha mostrado particularmente discreto con Trump a medida que crece su popularidad en las encuestas.
Un sondeo de opinión de Harvard CAPS-Harris sitúa al expresidente como la primera víctima de las elecciones intermedias, todo lo contrario al triunfante DeSantis.
«Mes tras mes, DeSantis ha ido subiendo y ahora está afectando significativamente a Trump», dijo Mark Penn, codirector de la encuesta, al periódico The Hill. «Si ambos se postulan, será una gran carrera y Trump bien podría perder».
Todos los ojos están puestos ahora en el estado de Georgia, donde un candidato respaldado por Trump se enfrentará el 6 de diciembre al demócrata en ejercicio, en una segunda vuelta por un escaño crucial en el Senado.
– «Amenaza» –
Designados por Trump cuando estaba en el poder, Mike Pompeo (exsecretario de Estado) y Nikki Haley (representante en la ONU) se distanciaron recientemente de su exjefe.
Chris Christie, fuerte aliado de Trump en las elecciones de 2016, se ha quejado de que los republicanos «siguen perdiendo y perdiendo y perdiendo» gracias al egocentrismo de Trump.
Y con la creciente popularidad de DeSantis, muchos temen que Trump cree un partido político independiente en caso de una derrota en las primarias republicanas de 2024, una perspectiva aterradora para el campo conservador.
«La amenaza es simple: a menos que el resto del partido lo acompañe, incendiará toda la casa sacando a ‘su gente’ del Partido Republicano», dijo el exfiscal general de Trump Bill Barr, al New York Post.
Sin embargo, ninguna consideración sobre el futuro de Trump debe ignorar que los republicanos lo han abandonado antes, especialmente en dos juicios políticos y numerosas investigaciones penales, y cada vez ha resurgido de las cenizas, más popular que nunca.
Pero ahora su nombre ya no suena a promesa de victoria electoral.
«Es básicamente la tercera elección consecutiva en la que Donald Trump nos ha costado la carrera, y es como (en el béisbol), con tres strikes estás fuera», dijo el republicano Larry Hogan, gobernador de Maryland, en declaraciones a CNN tras las elecciones intermedias.
«Esa es la definición de la locura: hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente», agregó. «Trump seguía diciendo: ‘Vamos a ganar tanto que nos cansaremos de ganar’. Estoy cansado de perder. Eso es todo lo que ha hecho».
AFP.