Reportaje de La Voz de América
La gobernadora de Alabama, Kay Ivey, firmó una controvertida ley sobre el aborto, que ha provocado el rechazo de activistas a favor de esta práctica.
La nueva legislación convierte en delito la interrupción del embarazo en cualquier fase, sin apenas excepciones. La aprobación del texto por un amplio margen en el Senado, controlado por el Partido Republicano, pasó la decisión a la gobernadora, quien durante mucho tiempo se identificó como contraria al aborto.
La norma es catalogada como una de las más restrictivas de todo Estados Unidos.
«Hoy (miércoles) promulgué la Ley de Protección de la Vida Humana de Alabama, un proyecto de ley que fue aprobado por mayorías abrumadoras en ambas cámaras de la Legislatura”, dijo en una declaración la gobernadora republicana.
«Para los muchos partidarios del proyecto de ley, esta legislación es un poderoso testimonio de la creencia profunda de la gente de Alabama de que cada vida es preciosa y que cada vida es un regalo sagrado de Dios», agregó.
La ley contempla que los médicos que realicen el procedimiento cometen un delito. La pena es de entre 10 y 99 años de cárcel. Una mujer que se somete a un aborto no estará sujeta a cargos criminales.