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EE.UU

Familia Floyd y deudos de joven muerto hacen causa común contra violencia policial en EEUU

Las familias de George Floyd y Daunte Wright, el joven afroamericano que murió baleado por la policía este fin de semana, están unidas en el dolor y la rabia y harán causa común para denunciar las violencias policiales y el racismo en Estados Unidos.

«Quiero que se haga justicia», declaró Katie Wright, cuyo hijo de 20 años fue abatido en un control de tránsito en Brooklyn Center, un suburbio de Minneapolis.

La policía indicó que su muerte fue «accidental» y que se produjo cuando la agente Kim Potter procedía a utilizar una pistola inmovilizadora y se equivocó y disparó con su arma de fuego.

«¿Un error? Eso me suena raro ya que esta agente tenía 26 años de servicio», indicó Aubrey Wright, el padre de Daunte, quien habló con la voz entrecortada por el llanto en una entrevista a la cadena ABC News.

Este nuevo drama exacerbó la tensión en las calles de Minneapolis en medio del proceso contra Derek Chauvin, el policía blanco acusado de matar al también afroestadounidense George Floyd el pasado 25 de mayo, tras inmovilizarlo arrodillándose sobre su cuello durante su arresto por supuestamente haber pagado con un billete falso.

Este martes, este proceso histórico -que tiene en vilo al país y es transmitido en directo por muchas cadenas- entró en una nueva fase con la presentación de la defensa. Durante su turno, la fiscalía llamó a más de 40 testigos, incluyendo médicos, policías y expolicías y personas que presenciaron el arresto de Floyd.

La tesis del abogado del expolicía, Eric Nelson, es que su cliente respetó las reglas de las fuerzas del orden y que en la muerte de Floyd influyó el fentanilo encontrado en su sangre y otros factores de salud.

Su objetivo es sembrar la duda, ya que en Estados Unidos los veredictos de los jurados deben ser unánimes.

Los expertos citados por la fiscalía refutaron la tesis de la defensa, por lo que ahora Nelson debe probarla. Para ello convocó a Scott Creighton, un agente en retiro que en 2019 arrestó a Floyd.

Después llamó al estrado a Michelle Moseng, una paramédico que atendió a Floyd en aquel momento debido a que había consumido drogas.

«Él me dijo que consumía opiáceos cada 20 minutos», indicó Moseng.

Desde el inicio del proceso, la familia de Floyd denuncia una táctica para ensuciar su memoria. «El proceso es contra Derek Chauvin, no contra George Floyd», afirmaron al unísono.

Este martes tienen convocada una conferencia de prensa en conjunto con la familia de Daunte Wright.

El sufrimiento de estas dos familias resuena en numerosos casos en los que afroamericanos son víctimas en Estados Unidos.

«Ser una persona de color es agotador», aseguró a la AFP Butchy Austin, un activista de 37 años que participó en una vigilia el lunes en la noche para recordar a Wright. «Uno querría simplemente sentirse seguro», dijo.

Después de una noche de incidentes el domingo, las autoridades declararon toque de queda en toda el aérea de Minneapolis y Saint-Paul el lunes en la noche y desplegaron mil soldados de la Guardia Nacional.

Decenas de manifestantes desafiaron la orden y protestaron delante de la comisaría de Brooklyn Center levantando pancartas con mensajes como «Detengan a todos los policías asesinos y racistas», «¿Yo soy el siguiente?» y «Sin justicia, no hay paz».

Las fuerzas del orden utilizaron gas lacrimógeno para dispersarlos y cerca de 40 personas fueron detenidas. Los medios locales reportaron algunos actos de vandalismo.

El martes por la mañana, la calma volvió a las calles y los activistas contra el racismo mostraron su determinación para hacerse escuchar.

«Vamos a movilizarnos para defender a nuestros vecinos», dijo en un llamado a una oración virtual Nekima Levy Amstrong, una de las líderes más escuchadas de la comunidad negra de Minneapolis.

Con información de AFP