El estado al sur de los Estados Unidos se perfila como un campo de batalla clave en la lucha política a nivel nacional sobre la reapertura de las escuelas en el otoño boreal.
Mientras que ciudades como Houston, Los Ángeles y Nueva York planean comenzar el año escolar virtualmente o de manera restringida, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, insiste en que las escuelas vuelvan a abrir por completo en agosto.
La demanda del gobernador republicano refleja la del presidente Donald Trump, quien enfrenta una dura batalla por la reelección en noviembre y está presionando para que las escuelas se reabran, como una señal de regreso a la normalidad.
Trump, que se ubica por detrás del demócrata Joe Biden en los sondeos, ha amenazado con recortar los fondos federales a aquellas escuelas que se nieguen a abrir sus puertas.
Una encuesta de Yahoo News / YouGov publicada el jueves encontró que el 63% de los estadounidenses dijo que Trump no debería presionar a las escuelas para que reabrieran, mientras que el 25% estuvo de acuerdo con su iniciativa.
El 95% de los demócratas y el 58% de los republicanos encuestados manifestaron que la reapertura de las escuelas debería quedar en segundo plano respecto a los imperativos de salud pública.
Sin embargo, Trump y DeSantis ejercen mucha influencia en una pelea que los mantiene en conflicto con los sindicatos de docentes, los expertos médicos y numerosos padres que dudan en enviar a sus hijos a clase por motivos de seguridad.
Los funcionarios estatales y locales tienen la última palabra cuando se trata de sus distritos escolares.
El distrito escolar de Houston, que cuenta con más de 200.000 estudiantes, planea comenzar el año escolar virtualmente el 8 de septiembre y las clases presenciales el 19 de octubre, “sujeto a cambios según las condiciones de la covid-19”.
Con información de VOA