El Congreso EEUU amaneció este lunes en Washington sin la protección de la Guardia Nacional por primera vez en casi cinco meses, ante una disminución de las amenazas de los extremistas de derecha tras la asonada contra el Capitolio del 6 de enero.
Los últimos 2.149 de los casi 26.000 efectivos movilizados en un despliegue extraordinario en Washington partieron durante el fin de semana, al finalizar formalmente su misión de proteger la sede del Congreso.
Las tropas se movilizaron después de que cientos de partidarios del entonces presidente republicano Donald Trump irrumpieron violentamente en el Capitolio, interrumpiendo una sesión en para confirmar la victoria de su rival demócrata y ganador de las elecciones, Joe Biden.
Algunos irrumpieron en oficinas de legisladores, pidieron la muerte de varios de ellos así como del entonces vicepresidente Mike Pence, quien presidía la sesión y terminó por aceptar la victoria de Biden.
En medio de temores de más amenazas y tras la toma de mando de Biden el 20 de enero, se movilizaron miles de efectivos de la Guardia Nacional para patrullar el área del Capitolio día y noche, en tanto un gran vallado rodeaba en todo el perímetro dando la sensación de un edificio sitiado.
Trump, quien fue acusado de alentar esa invasión, luego afirmó que los atacantes eran una «amenaza cero» para los legisladores y restó importancia al episodio.
Desde el 6 de enero, la policía federal (FBI) arrestó y acusó a unas 440 personas involucradas en los sucesos contra el Congreso, decenas de ellas asociadas con grupos de milicias armadas.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, sostuvo en un comunicado que estas tropas «protegieron no sólo los terrenos (del Capitolio), sino también a los legisladores que allí trabajan» asegurando el funcionamiento del Congreso.
Fuente AFP