Al menos 115 cuerpos en descomposición fueron encontrados en una instalación de almacenamiento de un operador funerario «verde», en una zona rural del sur de Colorado luego de que vecinos informaran de un hedor que emanaba del lugar.
El propietario trató de ocultar el almacenamiento inadecuado de los cadáveres y dijo que estaba haciendo taxidermia en las instalaciones, según una carta de suspensión que le enviaron los reguladores estatales y que se hizo pública el viernes. Nadie ha sido arrestado ni acusado.
La instalación funeraria Return to Nature en la pequeña ciudad de Penrose no había estado registrada en el estado durante 10 meses cuando el propietario Jon Hallford habló por teléfono con un regulador estatal el miércoles, el día después de que se reportaron los olores y la policía inició una investigación.
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Hallford reconoció que tuvo un «problema» en la propiedad, aunque el documento de la Oficina de Registro de Funerarias y Crematorios de Colorado obtenido por The Associated Press no explicó qué quiso decir Hallford con su reclamo de taxidermia o cómo trató de ocultar el almacenamiento inadecuado de restos humanos.
Los funcionarios se negaron a describir la escena dentro de las instalaciones. Se estaba llevando a cabo un esfuerzo de varias agencias para recuperar e identificar los restos de unas 3.000 personas.
La empresa cobraba 1.895 dólares por un «entierro natural», sin incluir el coste del ataúd y el espacio del cementerio y además brindaba servicios de cremación.