El arzobispo de Washington DC, Wilton D. Gregory, criticó este martes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por abusar y manipular «atrozmente» los principios religiosos tras posar en dos lugares de culto en medio de los disturbios que sacuden al país.
«Encuentro desconcertante y reprensible que cualquier instalación católica se prestara a ser tan atrozmente abusada y manipulada de una manera que viola nuestros principios religiosos, que nos instan a defender los derechos de todo el mundo, incluidos los de aquellos con los que podemos no estar de acuerdo», señaló Gregory a través de un comunicado divulgado por la arquidiócesis.
Las palabras del clérigo se produjeron después de que la Casa Blanca informara de que el mandatario tenía previsto visitar este martes la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, un importante templo católico situado a las afueras de Washington DC.
Durante su visita, ni el presidente ni la primera dama, Melania Trump, tomaron la palabra para referirse a la oleada de protestas que sacuden el país desde que el pasado 25 de mayo falleciera el afroamericano George Floyd cuando se encontraba bajo custodia policial. El mandatario fue recibido por un grupo de fieles con carteles condenando la llegada del mandatario.
En su comunicado, el arzobispo Gregory subraya que el Papa Juan Pablo II, a quién está dedicada la basílica, «fue un ardiente defensor de los derechos y dignidad humanas».
«Su legado es claro testimonio de esta verdad. Él nunca hubiera condonado el uso de gas lacrimógeno y otras medidas disuasivas para silenciar, dispersar o intimidarles [a los manifestantes] para hacerse una foto frente a un lugar de culto y de paz», concluye el despacho.
La decisión de Trump de visitar la iglesia se produce en el marco de la gran controversia que suscitó el lunes su breve visita a la iglesia episcopal de San Juan, un emblemático templo situado a escasos metros de la Casa Blanca que ha sido frecuentado por la mayoría de los presidentes del país a lo largo de su historia.
Trump visitó esta iglesia el lunes por la tarde, poco después de amenazar con desplegar al ejército si la situación no se calmaba y de describirse como un «aliado de todos los manifestantes pacíficos».
Escasos minutos antes de que el mandatario pronunciara estas palabras, las fuerzas del orden habían dispersado por la fuerza a un grupo de manifestantes que se encontraba en el parque de Lafayette, que, precisamente, separa la Casa Blanca de la iglesia de San Juan.
Al concluir su comparecencia, un Trump fuertemente escoltado y acompañado del secretario de Defensa, Mark Esper, y del jefe del Estado Mayor, el general Mark Milley, así como miembros de su gabinete, atravesó el parque y se dirigió al templo, donde se hizo una foto posando con una biblia.
La obispa Mariann Edgar Budde, responsable de la supervisión del templo, aseguró este martes a la cadena CNN que se había enterado de la visita presidencial al verla en directo por la televisión y dijo que estaba «furiosa» por la acción del mandatario.
«Ni siquiera rezó (…). Quiero que el mundo sepa que, en la diócesis de Washington, siguiendo a Jesucristo y su amor, nos distanciamos del lenguaje incendiario de este presidente», dijo. «Seguimos a alguien que vivió una vida de no violencia».
Numerosas voces en el país han achacado estas dos visitas presidenciales al deseo de Trump de congratularse con los votantes evangélicos de cara a las elecciones del próximo mes de noviembre.
Sin embargo, la asesora del presidente Kellyanne Conway lamentó que la gente intenté saber qué alberga el «corazón» de Trump solo porque «se tomó una foto» y aseguró que el mandatario nada tuvo que ver con la decisión de expulsar a los manifestantes que se encontraban en el parque Lafayette.
Con información de Voanoticias.com