En un testimonio impactante el viernes, Hope Hicks reveló una serie de preocupaciones dentro de la campaña presidencial de Donald Trump en 2016, a medida que surgían acusaciones de una cinta lasciva y de supuestas aventuras con una modelo de Playboy y una estrella porno en los últimos días de las elecciones.
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Hicks, quien fungía como directora de Comunicaciones de la Casa Blanca y mantenía comunicación diaria con el entonces presidente, afirmó que la campaña de Trump estaba preocupada por las posibles repercusiones de la cinta de Hollywood Access en las elecciones inminentes, reseñó Telemundo 51 en su sitio web.
También declaró que Trump había expresado su deseo de que no le entregaran el periódico en su domicilio el día en que iba a publicarse una historia sobre su presunta aventura con su compañera de juegos de Playboy, Karen McDougal.
Hicks, la novena testigo en comparecer durante el juicio, subió al estrado de manera provisional. «Estoy muy nerviosa», expresó a la sala.
Más tarde, empezó a llorar cuando el abogado de la defensa, Emil Bove, comenzó a interrogarla sobre sus primeros años trabajando para Trump en el sector inmobiliario de la Organización Trump.
Un jurado atento escuchó cada palabra de Hicks mientras explicaba el esfuerzo completo para controlar un informe tan explosivo, reseñó Telemundo 51 en su sitio web.
Hicks, quien se unió a la campaña presidencial de Trump en 2016 tras trabajar para su empresa de bienes raíces, fue una asesora intermitente de confianza de Trump durante su gobierno.
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Ella lo siguió hasta la Casa Blanca, donde desempeñó un papel en la gestión de las comunicaciones, trabajando principalmente detrás de escena.
Hicks ofreció observaciones sobre las relaciones de Trump con empleados clave de su empresa de bienes raíces y dijo que hablaba a diario con él.