Tras la caída en desgracia de Andrew Cuomo, que dimitió en agosto a raíz de las denuncias de varias mujeres por acoso sexual, su hermano Chris, un reputado periodista de la CNN, ha sido apartado por la dirección de la cadena por asesorarle.
La CNN decidió apartar el martes por la noche al periodista estrella de 51 años por «un periodo indefinido» tras revelarse el contenido de la investigación realizada por la fiscal del Estado, Letitia James, candidata a su vez a gobernar el estado de Nueva York.
Chris asesoró y «defendió» a su hermano Andrew Cuomo, de 63 años, tras ser inculpado en octubre de agredir sexualmente a una antigua colaboradora, lo que le llevó a dimitir en agosto de su cargo.
Al menos 11 mujeres han denunciado haber sufrido acoso sexual del otrora poderoso gobernador del estado de Nueva York durante diez años, que alcanzó una dimensión política nacional en 2020 por su gestión de la pandemia de covid-19.
La fiscal James publicó el lunes miles de páginas de transcripciones y vídeos de las audiciones de muchos protagonistas de su investigación contra Andrew Cuomo, entre las que estaba también su hermano.
«Sí, es mi hermano, le adoro profundamente independientemente de lo que ocurra. Solo tengo uno», respondió el periodista a los investigadores que le interrogaban en julio sobre el tipo de consejos y ayuda que había proporcionado a Andrew en plena tormenta de las acusaciones de agresión sexual.
«Si puedo ayudar a mi hermano, lo haré. Si quiere que le escuche por algo lo haré. Si quiere que influya en algo, trataré de hacerlo», insistió Chris Cuomo.
La CNN justificó su decisión en estos documentos judiciales, que «revelan que el nivel de implicación para ayudar a su hermano es más importante de lo que sabíamos», justificó un portavoz de la cadena.
Para entender la fuerza de los lazos entre ambos hermanos, hay que hurgar en la «saga familiar» de los Cuomo desde hace un siglo, símbolo del éxito de la inmigración italiana en Estados Unidos llegada a principios del siglo XX, explica a la AFP Michael Shnayerson, autor de «The Contender: Andrew Cuomo, a Biography».
Y remontarse hasta el abuelo italiano, Andrea Cuomo, que salió de la región de Nápoles en los años 1920 y regenteó un colmado en el barrio de Queens con su esposa Immacolata.
– «Golpear» –
«Apenas hablaba inglés y cuando le preguntaban lo que le motivaba, respondía ‘puncha puncha’, que significa ‘no parar de golpear’ y ‘no renunciar nunca», cuenta Shnayerson.
Su hijo Mario Cuomo, nacido en 1932 y educado en Nueva York, remontó los peldaños de la política local y del Partido Demócrata hasta ser elegido en tres ocasiones gobernador del estado (1983-1994), dejando su huella en la Gran Manzana.
Para su biógrafo, Mario Cuomo era «un hombre con un enorme encanto pero que fue con sus hijos tan duro como lo había sido su padre con él».
Andrew y Chris Cuomo, que se llevan 13 años, crecieron en un clima familiar marcado por la «brutalidad» y la «rivalidad» entre ellos pero también con un «vínculo fraterno indestructible», una «lealtad mutua y con el resto de la familia», explica Shnayerson.
Director de campaña de su padre en los años 1980, Andrew Cuomo entró en política en el Partido Demócrata y después en el gobierno de Bill Clinton en la década de los 1990, antes de convertirse en fiscal general del estado de Nueva York en los años 2000. En 2011 ganó las elecciones a gobernador.
El clan Cuomo se erigió durante décadas en una dinastía política de envergadura nacional, como lo fueron los Kennedy, con los que se emparentaron. Una de las hijas de Ethel y de Robert Kennedy, el senador de Nueva York asesinado en 1968, Kerry Kennedy, se casó con Andrew Cuomo en 1990 hasta su tumultuoso divorcio en 2005.
«En esta gran saga familiar, Mario siguió siendo el patriarca hasta su muerte» en 2015, constata Michael Shnayerson. Pero después de su desaparición, «Andrew y Chris quizá perdieron la brújula moral» necesaria «apara impedirles zozobrar», concluye.
AFP