La policía de Texas enfrentó airadas críticas, acusada de haber tardado demasiado en intervenir en la escuela de Uvalde donde un adolescente mató a 19 niños y dos maestros, en el tiroteo escolar más mortífero en una década en Estados Unidos.
Según videos y numerosos testimonios, los padres aguardaban desesperados el martes esperando que la policía actuara mientras un estudiante de secundaria de 18 años, identificado como Salvador Ramos, llevaba a cabo una carnicería en un salón de clases.
Ante un aluvión de preguntas sobre la respuesta de la policía, Victor Escalon, del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS), dijo en rueda de prensa que los investigadores aún estaban trabajando para reconstruir exactamente lo sucedido.
Después de dispararle a su propia abuela, Escalón dijo que Ramos chocó su vehículo cerca de la escuela, disparó a los transeúntes y luego entró al centro educativo por una puerta que aparentemente no estaba cerrada con llave.
La policía entró minutos después, pero retrocedió por los disparos y pidió refuerzos. Un equipo táctico con agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos entró y mató al pistolero «aproximadamente una hora después», señaló el jerarca policial.
Mientras tanto, policías evacuaron a estudiantes y maestros y trataron sin éxito de negociar con el pistolero, quien los detuvo con disparos de rifle, dijo.
Escalon ambién refutó relatos anteriores de que el pistolero fue confrontado por un funcionario de recursos escolares y dijo que no había ningún oficial armado en el lugar cuando comenzó el ataque.
En un video publicado en redes sociales y obtenido por Storyful, se puede ver a los padres frustrados, instando a la policía a ingresar al establecimiento. Las imágenes también muestran a un agente empujando bruscamente a una de las personas fuera del establecimiento.
Daniel Myers, un pastor de 72 años, contó a la AFP que llegó con su esposa Matilda al frente de la escuela unos 30 minutos después de que Ramos ingresara.
Los padres «estaban listos para entrar. Uno dijo: ‘Estuve en el ejército, solo dame un arma, entraré. No voy a dudar. Voy a entrar'», relató.
«Los oficiales respondieron en minutos», aseguró el jefe de policía de Uvalde, Daniel Rodríguez.
– Entierros –
Además de los 21 muertos, 17 personas resultaron heridas el martes, incluidos tres policías.
Eulalio Díaz, un funcionario local, se encargó de identificar los cuerpos hasta altas horas de la noche, según relató al diario El Paso Times. «Algunos de los niños estaban en mal estado», dijo.
El esposo de una maestra de cuarto grado que murió protegiendo a sus alumnos falleció el jueves, aparentemente de un ataque al corazón, anunciaron sus familiares. La pareja deja cuatro hijos.
La tragedia sacudió a Uvalde, una localidad de 16.000 habitantes a medio camino entre la ciudad de San Antonio y la frontera con México, y predominantemente latina.
La Casa Blanca anunció que el presidente Joe Biden y su esposa Jill viajarán el domingo a Uvalde para «acompañar el duelo de la comunidad».
Meghan Markle, la esposa del príncipe Enrique, que reside con su marido y sus dos hijos en California, estuvo el jueves para ofrecer sus condolencias. La visita fue a título personal, dijo un vocero.
En una conferencia de prensa el martes, el gobernador de Texas, Greg Abbott, reveló que el asesino estaba armado con un rifle de asalto AR-15.
El jueves, la empresa Daniel Defense, fabricante de esta arma, anunció que no acudirá a la gran convención anual de la NRA, el principal lobby de armas del país, que se realizará en Houston este fin de semana.
– Entrenamientos –
Una de las maestras de la escuela, presente cuando ocurrió la tragedia, dijo al canal ABC que sus alumnos estaban viendo una película de Disney para celebrar el próximo fin de año escolar, cuando sonaron disparos.
Entonces, los niños pusieron en práctica sus años de entrenamiento para esa situación, colocándose en silencio debajo de su mesa. Estos entrenamientos se han convertido en la norma en las escuelas de Estados Unidos, donde los tiroteos mortales se repiten incansablemente.
Los sonidos de los disparos «fueron muy fuertes», dijo a la AFP Madison Saiz, una alumna de ocho años. «Nuestra maestra nos dijo que nos ubicáramos en una esquina, y toda nuestra clase simplemente lo hizo».
La madre del atacante, Adriana Reyes, dijo a ABC que su hijo no era «un monstruo», pero que a veces podía «ser agresivo».
En Estados Unidos, los tiroteos en las escuelas son un flagelo recurrente que los sucesivos gobiernos hasta ahora han sido incapaces de detener.
El debate sobre la regulación de armas está casi en suspenso, ante la falta de esperanza de que el Congreso apruebe una ambiciosa ley de alcance nacional sobre el tema.
El movimiento «Marcha por nuestras vidas», creado después del tiroteo en Parkland en 2018, convocó a una gran manifestación el 11 de junio en Washington para pedir regulaciones más estrictas sobre las armas.
AFP.