El republicano Kevin McCarthy, líder de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, se reúne este miércoles en California con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, a pesar de las reiteradas amenazas de China.
Tsai llegó el martes a Los Ángeles luego de una gira diplomática centroamericana para un encuentro con McCarthy al que Pekín «se opone firmemente», subrayó el lunes la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning.
El despacho advirtió que el país «defenderá con firmeza su soberanía nacional y su integridad territorial».
China considera a la isla de gobierno democrático y autónomo como una provincia rebelde que es parte de su territorio, y dice estar dispuesto a recuperarla incluso por la fuerza si es necesario.
Bajo el principio de «Una sola China», Pekín no permite que ningún país tenga lazos diplomáticos con ellos y con los taiwaneses a la vez.
Solo 13 países del mundo reconocen a Taiwán.
Estados Unidos mantiene desde hace tiempo una «ambigüedad estratégica» sobre el tema, una doctrina que apunta a disuadir a China de invadir Taiwán y de evitar que los dirigentes de la isla provoquen a Pekín con una declaración de independencia.
– «Grave confrontación» –
Aunque Estados Unidos reconoció a las autoridades de Pekín en 1979, es el principal aliado de Taiwán y su mayor proveedor de armas.
El apoyo a la isla es uno de los pocos consensos bipartidistas en el Congreso estadounidense y durante el mandato de Tsai Ing-wen se ha estrechado esta relación.
En un principio, McCarthy tenía previsto seguir el ejemplo de su predecesora en el cargo, la demócrata Nancy Pelosi, quien visitó Taiwán en agosto del año pasado.
El encuentro provocó entonces la ira de China, que respondió con las mayores maniobras militares de su historia en torno a la isla.
McCarthy finalmente optó por reunirse con Tsai Ing-wen y varios representantes del Congreso en la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan, en un suburbio de Los Ángeles.
Sin embargo, Xu Xueyuan, encargada de negocios de la embajada china en Estados Unidos, dijo a la prensa la semana pasada que Washington se arriesgaba a una «grave confrontación», independientemente de que los líderes estadounidenses visitaran Taiwán o al revés.
Esta semana el consulado chino en Los Ángeles dijo en un comunicado que la reunión entre McCarthy y Tsai socavaría «los cimientos políticos de las relaciones entre China y Estados Unidos».
El gobierno del presidente demócrata Joe Biden ha dicho que la líder taiwanesa está «de tránsito» y niega que se trate de una visita oficial. En este sentido, Washington pidió a Pekín no utilizar la reunión como «pretexto» para «reaccionar de forma agresiva».
– «Relación de confianza» –
«La respuesta de China dependerá en parte (…) de lo que McCarthy comente sobre la reunión posteriormente», dijo a AFP Bonnie Glaser, directora del programa Asia del grupo de expertos German Marshall Fund, con sede en Washington.
«China ya ha dado algunas declaraciones bastante amenazadoras, lo que me sugiere que tendrán que responder de alguna manera. De lo contrario, Xi Jinping podría lucir débil».
La escala de Tsai se produce en un momento en que China ha intensificado la presión militar, económica y diplomática sobre la democracia autónoma que dirige la presidenta desde 2016.
La presidenta, que concluye su mandato el próximo año, quiere transmitir el mensaje de que Taiwán no está aislada diplomáticamente.
«Quiere mostrarle a sus conciudadanos (…) que ella ha creado una relación de confianza sólida, fuerte y sin precedentes con Estados Unidos, lo que es muy importante para la seguridad de Taiwán», dijo Glaser.
Desde Belice y tras pasar por Guatemala, Tsai agradeció el lunes el apoyo diplomático del pequeño país y cuestionó las «constantes amenazas y presiones» de China, en un discurso ante la Asamblea Nacional.
América Latina ha sido un terreno de disputa desde que Taiwán y China se separaron de facto en 1949, al final de la guerra civil. Los comunistas tomaron el poder en China continental, mientras los nacionalistas se replegaron a Taiwán.
Solo Belice y Guatemala siguen siendo aliados de Taiwán en Centroamérica, después de que Honduras cambiara su lealtad hacia Pekín el mes pasado.
AFP