El director del Departamento texano de Seguridad Pública aseguró que tres minutos después de que el asesino entrara en la escuela primaria de Uvalde, donde asesinó a 19 estudiantes y dos maestras el pasado 24 de mayo, ya había suficientes agentes de policía armados en la escena como para detenerlo.
Sin embargo, pese a que tenían rifles y un escudo antibalas, los agentes esperaron en un pasillo de la escuela durante casi una hora sin entrar en el aula donde estaba atrincherado el asesino con niños y profesores. Las autoridades texanas habían dicho anteriormente que ese retraso pudo costar la vida a rehenes atrapados en el aula.
El coronel Steve McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, calificó la respuesta policial como “anormalidad abyecta” durante su testimonio en una audiencia ante el Senado estatal que investiga la actuación policial durante el tiroteo.
McCraw dijo que Pete Arredondo, jefe de policía del distrito escolar de Uvalde, «decidió anteponer la vida de los agentes a la de los niños». “Los oficiales tenían armas, los niños no tenían ninguna. Los oficiales tenían chalecos antibalas, los niños no tenían ninguna”, remarcó.
McCraw ofreció una cronología detallada de lo que ocurrió durante la masacre, y develó que la sala donde estaba el atacante con los estudiantes y maestras no estaba cerrada con llave. Hasta ahora, se había indicado que el jefe de policía espero por las llaves para abrir la puerta. «Estaba cerrada, no asegurada con llave», remarcó.