Tres policías y dos paramédicos se declararon este viernes no culpables de la muerte de un joven afroestadounidense a quien en 2019 los oficiales detuvieron, sujetaron por el cuello e inyectaron un sedante.
Elijah McClain murió en agosto de 2019 en Aurora, una ciudad cerca de Denver, Colorado, tres días después de haber sido estrangulado por la policía, sedado con ketamina por los paramédicos y tras sufrir un paro cardíaco. Tenía 23 años.
La policía lo interceptó respondiendo a un llamado sobre una «persona sospechosa» que usaba máscara y caminaba «con actitud extraña».
Un oficial dijo que McClain, que estaba desarmado, intentó alcanzar la pistola de otro oficial.
La familia del joven afirmó que había salido a comprar té helado y que frecuentemente usaba la máscara para mantenerse abrigado porque sufría de anemia.
La muerte del joven de 23 años no recibió inicialmente mucha atención mediática en Estados Unidos.
Pero su historia ganó repercusión tras el asesinato de George Floyd en Minneapolis el año siguiente, que desencadenó en mayo de 2020 una masiva reacción nacional con protestas contra la brutalidad policial en Estados Unidos hacia las minorías, especialmente negros.
La presión pública, incluyendo la de celebridades como Ellen DeGeneres, condujo en 2020 a una investigación del fiscal general de Colorado.
En 2021, los agentes Nathan Woodyard y Randy Roedema, el exagente Jason Rosenblatt y los paramédicos Jeremy Cooper y Peter Cichuniec fueron acusados de 32 cargos, uno de ellos de homicidio involuntario y otro de homicidio por negligencia criminal.
El viernes, los cinco se declararon inocentes cuando comparecieron ante un tribunal del condado de Adams, informó el Denver Post.
Woodyard, que estranguló a McClain, deberá comparecer ante el tribunal el 18 de septiembre.
Los otros dos agentes serán juzgados juntos a partir del 11 de julio, mientras que los paramédicos serán juzgados el 7 de agosto.
AFP.