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Régimen de Nicaragua retiró aprobación para el ingreso del nuevo embajador de EEUU

El régimen de Daniel Ortega retiró este jueves su aprobación para el ingreso del nuevo embajador designado por Estados Unidos para Nicaragua, Hugo Rodríguez, a quien acusó de emitir declaraciones «injerencistas e irrespetuosas» contra el país, en medio de las ya tensas relaciones bilaterales.

Managua tomó la medida luego de que Rodríguez, designado para el cargo de embajador de Estados Unidos en Nicaragua, ofreciera «en una audiencia de confirmación del comité de Relaciones Exteriores del Senado (..) declaraciones injerencistas e irrespetuosas en contra de nuestro país», subraya el documento.

En mayo pasado, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, nominó a Rodríguez para ocupar el cargo de embajador en Nicaragua en sustitución de Kevin Sullivan, cargo que debe ser ratificado por el Parlamento.

Pero este jueves, ante una comisión del Congreso de su país que examinó su nominación, Rodríguez declaró que Nicaragua «se está convirtiendo cada vez más en un Estado paria dentro de la región».

Washington consideró «no democrática» la reelección para un cuarto mandato consecutivo que Ortega, un exguerrillero de 76 años, obtuvo en los comicios del año pasado, con varios de sus rivales presos o en el exilio.

– Lo que molestó a Managua –

En su intervención ante el senado, Rodríguez comparó a Nicaragua con la «dictadura» que su familia vivió en República Dominicana en los años 1950.

Advirtió, además, que «sacar a Nicaragua del Cafta (Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos) es una herramienta potencialmente muy poderosa y algo que tenemos que considerar seriamente» para sancionar a Ortega.

Desde que entró en vigor el Cafta en 2006, Nicaragua, uno de los países más pobres del hemisferio, ha logrado mejorar sustancialmente el nivel de sus exportaciones. Estados Unidos es el mayor socio comercial de Managua.

Moncada señaló que un embajador o postulante como Rodríguez no puede «involucrarse en temas nacionales que son propios de las y los nicaragüenses», porque es contrario a los postulados de la Convención de Viena.

«Mucho menos (puede) irrespetar, ofender, humillar, amenazar, protagonizar o ser factor de injerencia o intervencionismo de los asuntos internos de nuestro país», agregó.

Rodríguez trabaja en la oficina para América Latina y el Caribe del Departamento de Estado y en el pasado desempeñó cargos en las embajadas o consulados de Paraguay, México, Lima y Roma.

Nicaragua y Estados Unidos mantienen tensas relaciones desde las protestas opositoras que estallaron contra el régimen de Ortega en 2018 que, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dejaron 355 muertos.

Después de esos hechos, Estados Unidos comenzó a sancionar a varios funcionarios del gobierno de Ortega y sus familiares acusados de violación de los derechos humanos y corrupción.

Para Ortega, las protestas de 2018 fueron un intento de golpe de Estado promovido por Washington.

Su gobierno asegura que estas acciones intentaron replicarse para las elecciones del 2021 y por ello denunció y procesó a varios opositores, bajo cargos de menoscabo a la soberanía nacional.

Ortega, quien está en el poder desde el 2007 con el izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ha cuestionado en reiteradas ocasiones la intromisión de Estados Unidos en la historia política de Nicaragua y expresado su desconfianza hacia lo que ha llamado «embajadores yanquis».

«Ojo con los embajadores yanquis.. de ahí salieron las ordenes que vinieron de Washington para asesinar a [Augusto] Sandino [héroe de la resistencia contra la ocupación estadounidense]», dijo.

En el aniversario del triunfo de la revolución sandinista el 19 de julio, Ortega consideró «imposible» un diálogo con Washington. «Los diálogos [con EEUU] son para ponerse la soga al cuello», agregó.