Desde comienzo del mes de febrero, las autoridades sanitarias confirmaron un brote de sarampión en una escuela del condado de Broward, en el sur de Florida y hasta los momentos hay 10 casos en todo el estado.
Las autoridades decretaron todas las alarmas ante la amenaza de un aumento de contagios y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), recomendaron a los padres de niños no vacunados que no envíen a sus hijos a la escuela.
Sin embargo, el cirujano general del estado, desoyó las medidas de los CDC y dijo que está bien enviar a los niños no vacunados a la escuela.
“El Departamento de Salud está dejando que los padres o tutores tomen decisiones sobre la asistencia a la escuela”, escribió Joseph Ladapo, el responsable sanitario de Florida, en un memorando al que ha tenido acceso la Voz de América.
Por su lado, los expertos sanitarios advirtieron que las personas que no están protegidas por una vacuna contraerán el sarampión si se exponen al virus altamente contagioso, que se propaga en pequeñas gotas a través del aire y de las superficies, de manera que los estudiantes quedan expuestos simplemente por estar sentados en la misma cafetería o salón de clases.
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Aproximadamente una de cada cinco personas con sarampión termina hospitalizada, una de cada diez desarrolla infecciones de oído que pueden provocar pérdida auditiva permanente y aproximadamente una de cada 1.000 muere por complicaciones respiratorias y neurológicas, según datos oficiales.
En opinión del Dr. Riveros, “niños sanos aunque no estén vacunados no tendrían ningún problema para ir a la escuela, pero el llamado es a tener una consciencia”.
“Si estamos vacunados, el riesgo de que tengan la enfermedad es mucho menor, y hay que recordar de que este tipo de enfermedades que son virales pueden causar también complicaciones inclusive en el cerebro que podrían llevar a secuelas permanentes”, agregó al respecto el también especialista en medicina interna.
VOA