El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, visitará México el próximo 8 de octubre para dialogar sobre una nueva estrategia para combatir el crimen organizado y el consumo de drogas, anunció este miércoles el canciller mexicano Marcelo Ebrard.
«La agenda principal es un documento de entendimiento que hemos venido trabajando junto con Estados Unidos ya, diría yo, algunos meses, sobre cuáles son las prioridades, el enfoque de seguridad en el que podemos coincidir», dijo Ebrard a la prensa.
Blinken originalmente tenía como destino a México para la conmemoración del aniversario de la consumación de la Independencia, el pasado 27 de septiembre, pero canceló su participación, y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se limitó a mencionar que el funcionario visitaría México «posteriormente».
Ebrard dijo que Blinken estará acompañado por el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas.
El canciller mexicano agregó que la prioridad de México es disminuir la violencia y el aumento del consumo de drogas en ambos países.
«En el caso de México, nuestra prioridad es reducir la violencia, los homicidios, todas las formas de violencia que tenemos en México», precisó. «¿Por qué está aumentando tanto el consumo de estupefacientes en Estados Unidos y en México? Desgraciadamente también en México está aumentando».
Ebrard dijo también que con el nuevo entendimiento en materia de seguridad con Estados Unidos quedó rebasada la Iniciativa Mérida, un acuerdo de cooperación entre ambos países para combatir al crimen organizado que inició en 2008.
«Pues la Iniciativa Mérida se acabó, ahora estamos entrando a otra etapa», aclaró Ebrard, quien agregó que ese plan solo dejó «aumento de consumo (de drogas), aumento de violencia y aumento del tráfico de armas»
Ebrard anticipó que en el encuentro con Blinken no se tratará el tema migratorio, que ha estado bajo el foco de atención luego hace unos días decenas de migrantes haitianos acamparon en la fronteriza Ciudad Acuña con la intención de ingresar a Estados Unidos.
«El tema migratorio no está vinculado al de seguridad», indicó el funcionario. «Cada materia tiene que tener como su espacio, no mezclar porque entonces pones en una incertidumbre a la relación bilateral».
México, con 126 millones de habitantes, es azotado por una vorágine de violencia desde diciembre de 2006, cuando el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón (2006-2012) lanzó un polémico operativo militar antidrogas.
Desde entonces, según cifras gubernamentales, más de 300.000 personas han sido asesinadas en México, la mayoría con armas de fuego y en hechos relacionados con el narcotráfico.
En agosto, México presentó una demanda en una corte estadounidense contra los fabricantes de armas de ese país, a los que acusa de «comercio negligente» que alienta el contrabando y la violencia del narcotráfico.
AFP