Este martes, un grupo bipartidista de senadores de Estados Unidos presentó un nuevo paquete de estimulo económico, que busca brindar alivio a los estadounidenses que han sido afectados por la pandemia.
Se trata de 908 millones de dólares para hacer frente a la pandemia, en lo que supone un nuevo intento por ayudar a los trabajadores desempleados y para impulsar la economía, a medida que el número de casos aumenta por millares cada día.
El Congreso y la Casa Blanca aprobaron una partida de tres billones de dólares en medidas de estimulo a comienzos de año, pero desde entonces, a pesar de prolongadas negociaciones, legisladores republicanos y demócratas no han logrado llegar a un acuerdo sobre la cuantía del siguiente paquete de estímulo o quiénes recibirían la ayuda.
La nueva propuesta de asistencia anunciada por senadores centristas está más cercana del plan de 500.000 millones de dólares propuesto por los republicanos, que del defendido por los demócratas que asciende a 2,2 billones de dólares.
No está claro si el plan podría ser aprobado en el Senado y la Cámara de Representantes antes de que termine su actual mandato y un nuevo Congreso tome posesión el 3 de enero.
El presidente republicano, Donald Trump, había promovido un nuevo paquete cuyo monto era más alto que el de los demócratas, pero que se anunció antes que Trump perdiera las elecciones frente a su rival demócrata Joe Biden.
Como presidente electo, Biden ha pedido más ayuda federal pero sin entrar en detalles.
Al presentar a sus asesores económicos el martes, Biden abogó por la aprobación de un “robusto paquete de ayuda que atienda… necesidades urgentes”, pero reconoció que cualquier ley aprobada este mes “posiblemente será, apenas el comienzo».
Trump ha dejado de hablar de nueva ayuda, enfocándose en lugar en sus esfuerzos legales para revertir la derrota electoral y evitar así que Joe Biden jure el cargo para un mandato de cuatro años el 20 de enero.
La propuesta de nueva ayuda supondría un aumento de 300 dólares semanales en ayudas para decenas de millones de personas sin trabajo durante cuatro meses, adicionales a la ayuda por desempleo que ya ofrecen los gobiernos estatales. La ayuda nacional de 600 dólares semanales promovida a principios de año por los demócratas venció a finales de julio y no ha sido renovada.
El acuerdo bipartito intenta tender un puente entre los desacuerdos anteriores sobre la ayuda, pidiendo 240.000 millones en financiamiento para gobiernos locales y estatales, algo que los demócratas proponían y que era rechazado por casi todos los republicanos. También contempla una moratoria de seis meses para demandas legales relacionadas al coronavirus contra negocios y otras entidades, un elemento republicano al que se oponen los demócratas.
Los pequeños negocios recibirían unos 300.000 millones, mientras otros 50.000 millones ayudarían a pagar por la distribución de las vacunas contra el coronavirus una vez que sean aprobadas por los reguladores sanitarios.
Los economistas están advirtiendo de nuevos serios problemas para la economía si no se aprueba más ayuda. Varios programas de estímulo vencerán a finales de año, con unos 12 millones de estadounidenses amenazados con perder sus beneficios por desempleo. Las protecciones para los arrendatarios de apartamentos para no ser desalojados y las prórrogas en el pago de préstamos para estudiantes están también a punto de acabarse.
Uno de los legisladores que promueve este acuerdo, el senador demócrata Mark Warner, de Virginia, le dijo al canal televisivo CNBC: “Si hay algo que estoy escuchando uniformemente, es que el Congreso no puede irse de vacaciones dejando al país y su economía a la deriva”.
La senadora republicana Susan Collins, de Maine, dijo a los periodistas que “las familias en todo Estados Unidos están luchando, los negocios están cerrando, los hospitales están abrumados». «Es absolutamente esencial que aprobemos un alivio de emergencia».
Con información de Voanoticias.com