Acostumbrada a ir a pescar cada mañana, Sarah Bates ahora sufre con su barco de madera anclado en el puerto de San Francisco gracias a una veda de salmón causada por la sequía en California.
«El salmón constituye la mayor parte de mis capturas y el 90% de mis ingresos», dice esta pescadora de 46 años.
La temporada de salmón este año fue cancelada en el litoral de California y en la mayor parte de Oregón para intentar recuperar las poblaciones de la especie.
El salmón alcanzó mínimos históricos en los ríos de la región por culpa de la intensa sequía que afecta el oeste de Estados Unidos desde hace más de dos décadas.
Con caudales muy reducidos y temperaturas elevadas, los peces luchan para nadar río arriba como parte de su ciclo reproductivo.
En estas condiciones, sus crías a menudo mueren antes de llegar al océano.
EL REY
La cancelación de la temporada asesta un golpe económico al estado.
En California la pesca del salmón genera 1.400 millones de dólares por año y mantiene 23.000 puestos de trabajo, de acuerdo con la Asociación de Salmón del Golden State.
Para mantener el pescado en el menú, algunos restaurantes del puerto se han visto obligados a importarlo de otros países como Canadá.
Craig Hanson, dueño de un bote destinado a la pesca deportiva, ha visto sus operaciones disminuir en esta temporada por la veda.
Acostumbrado a levar anclas todos los días en verano, este año se tiene que conformar con cuatro días por semana.
Sus clientes no muestran el mismo entusiasmo por especies como la lubina rayada o el fletán que por el salmón.
«El salmón es el rey (…) Es lo que la gente quiere», afirma Hanson.
«Es un pez espectacular para pescar. Va a darte guerra hasta el final», explica.
Pero Hanson, quien está esperanzado con que el invierno de este año mejore la situación, no protesta la medida. «Si contribuye al futuro de la industria, estoy a favor».
CAMBIO CLIMÁTICO
«El salmón real que se pesca en California suele tener un ciclo vital de tres o cuatro años», explica Nate Mantua, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
«Por lo que cuando algo les pasa en el agua dulce, cuando son aún huevos o alevines, vemos el impacto en la pesca dos o tres años después».
A esto se le añade las temperaturas récord registradas en el océano.
«Entre 2014 y 2016, la costa oeste de Estados Unidos alcanzó las temperaturas oceánicas más calientes de la serie histórica», dijo.
Estas olas de calor marino crearon «condiciones pobres para el crecimiento y sobrevivencia del salmón», agregó el científico.
Las autoridades han intentado recuperar las poblaciones del salmón transportando crías y soltándolas directamente en el mar.
Sin embargo, el declive se ha intensificado en la última década.
A la crisis climática, se le suma el impacto del desarrollo agrícola en California.
El estado más poblado del país, con 40 millones de habitantes, ha desarrollado ríos para abastecer a sus crecientes urbes y a su vasto sector agrícola.
Entre presas y canales, el salmón ha perdido 80% de su hábitat, necesario para desovar.
En este contexto, el agua se ha vuelto la manzana de la discordia en la región.
Pescadores en San Francisco demandan que el recurso sea destinado a nutrir los ríos en lugar de irrigar los sedientos cultivos de nueces, pistachos o almendras.
«El agua es más importante para los peces que para las nueces», dijo Ben Zeiger, marinero dedicado a la pesca deportiva.
Los pescadores de salmón están a la espera de ayudas económicas de la administración federal para compensar las pérdidas por la veda.
A la par están atentos a los esfuerzos para restaurar el hábitat de la especie.
A lo largo del río Klamath, en el norte de California, se inició un proyecto que debe destruir cuatro presas hidroeléctricas, lo que podría reabrir unos 640 kilómetros de río para el proceso migratorio del salmón.
«Si no arreglamos las políticas en relación al agua, volveremos al mismo punto», dijo Bates en su barco. «Pensar que no enfrentaremos nuevas sequías es ingenuidad».
«El cambio climático es un hecho. Y está ocurriendo más rápido de lo que esperábamos».
AFP