Spirit Airlines, la mayor aerolínea de bajo coste en Estados Unidos, anunció este lunes que ha solicitado protección por bancarrota bajo el Capítulo 11, mientras busca reestructurar sus operaciones y superar los efectos financieros de la pandemia y el fracaso en su intento de venta a JetBlue.
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Desde 2020, la aerolínea ha acumulado pérdidas superiores a 2.500 millones de dólares y enfrenta pagos de deuda de más de 1.000 millones de dólares en el próximo año. A pesar de la declaración de bancarrota, Spirit aseguró que seguirá operando normalmente, permitiendo a sus clientes reservar y volar sin interrupciones.
El viernes pasado, las acciones de la compañía, con sede en Miramar, Florida, cayeron un 25% tras reportes de The Wall Street Journal que indicaban negociaciones con los tenedores de bonos sobre los términos de la bancarrota.
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Este descenso agrava la crisis de Spirit, cuyas acciones han perdido el 97% de su valor desde finales de 2018, cuando aún registraba ganancias.