Greg Abbott, gobernador de Texas, firmó una dura ley migratoria, la cual criminaliza la entrada de migrantes ilegales desde México, al punto de dar luz verde a la policía para detenerlos y deportarlos e incluso podría conllevar a una pena de 20 años de cárcel.
Se trata de la ley SB4, aprobada a mediados de noviembre por la Legislatura estatal, controlada por los republicanos, y que el gobernador ratificó este lunes por la tarde, junto con otras dos medidas para destinar fondos a la seguridad fronteriza.
«El objetivo de la ley 4 es detener la oleada de entrada ilegal en Texas», comentó Abbott durante una ceremonia de la firma junto a la frontera en Brownsville. «El proyecto es ahora ley en el estado».
Considerada una de las leyes antiinmigrantes más estrictas en la historia estadounidense, la SB4 convierte en delito menor el que un extranjero “ingrese o intente ingresar al estado desde una nación extranjera” de forma irregular. La falta se convierte en un crimen grave, punible hasta con 20 años de prisión, si el infractor es reincidente.
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La ley permite a la justicia estatal ordenar la expulsión de personas sin mediar proceso judicial. Y lo más polémico, los oficiales de policía podrán arrestar a cualquier individuo del que sospechen que ingresó ilegalmente al país, y tendrán la facultad discrecional de expulsarlo.
Abbott indicó durante la ceremonia que, con esta nueva ley, “los cárteles de la droga no van a querer operar en Texas”, por lo que espera que los cruces ilegales en la frontera estatal se puedan ver reducidos en un 50% a 75%.
Además, el mandatario estatal arremetió contra el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a quien catalogó como “una de las razones más importantes” que han propiciado la oleada de cruces ilegales en su territorio. “Lo que ha hecho es deplorable, al permitir la entrada de miles de migrantes a su país, sometiéndolos a torturas y hasta provocándoles la muerte a algunos, mientras simplemente les agiliza el viaje hacia Texas”.
Con información de Telemundo