El expresidente de Estados Unidos Donald Trump hizo campaña este sábado en Alaska por Sarah Palin, la exgobernadora de ese estado del norte y quien se proyecta para muchos como la precursora populista del movimiento antiélite de Trump.
Los dos políticos incendiarios han sido figuras clave en el cambio del Partido Republicano en la década reciente, apuntando a ganar el voto de una golpeada clase trabajadora.
Ambos también han promovido reclamos infundados sobre un fraude generalizado en las elecciones del 2020, al menos en los estados donde Trump perdió.
«En Alaska, no tuvimos que preocuparnos por eso, porque ganamos», dijo Trump al público convocado en un estadio.
Palin catapultó su reconocimiento cuando fue escogida por el antiguo senador de Arizona, John McCain, como su fórmula vicepresidencial en las elecciones de 2008.
El ascenso de Palin durante la campaña de 2008, donde enfatizó su carácter de ‘outsider’, es ampliamente visto como un antecedente que pavimentó el camino para que un hombre de negocios como Trump llegara a la Casa Blanca ocho años después.
Sus estilos por fuera de la norma prevalecieron en oposición directa al de republicanos reconocidos como Mitt Romney y McCain.
Palin, quien apoyó la campaña de Trump en 2016, le dijo a su público que lo que en parte le atrajo del magnate es que él la respaldó cuando ella y su familia fueron objeto de una intensa atención de los medios.
«Me escribiría una nota y me diría: ‘Aguanta'», dijo.
La mujer de 58 años busca suceder al republicano Don Young, quien murió el mes pasado tras 49 años en la Cámara de Representantes.
Las elecciones de medio mandato del 8 de noviembre otorgarán 435 curules a la Cámara, y Alaska tiene un solo representante debido a su escasa población.
Con resultados mixtos en las primarias, Trump ha tratado de mantener su control sobre el Partido Republicano otorgando apoyos selectivos a candidatos que, en su mayoría, han respaldado sus alegatos de fraude.
AFP