La administración de Donald Trump ordenó pausar por 90 días toda la ayuda exterior para el desarrollo, a la espera de una revisión para determinar lo que se ajuste a la política del nuevo presidente de Estados Unidos.
Durante 2023, Estados Unidos gastó un poco menos de 70.000 millones de dólares en ayuda para el desarrollo, a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, o USAID y que se destinaba a varias organizaciones en diferentes países del mundo.
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Los organismos de ayuda humanitaria y derechos humanos advierten que el congelamiento de fondos pone en riesgo a vidas en todo el mundo, como por ejemplo la prevención y tratamiento el VIH, pues es el mayor proveedor de asistencia humanitaria para esta causa.
«Esta exención no se aplica a actividades que involucren abortos, conferencias de planificación familiar, costos administrativos… programas de ideología de género o DEI [diversidad, equidad e inclusión], cirugías transgénero u otra asistencia que no salve vidas», dijo el secretario de Estado Marco Rubio al anunciar algunas excepciones de la congelación de fondos para algunas medicinas, servicios médicos y alimentos.