Los premios Oscar de la Academia se han convertido en un espectáculo en decadencia que recurre a la burla y la violencia para intentar atraer nuevas audiencias.
A esta conclusión llegaron el influencer Jonathan Pfaehler, María José Martínez, periodista de investigación y Claudia Donoso, quien se desempeña como neurocoach, luego de la bofetada que le asestó Will Smith a Chris Rock en los premios la noche del domingo.
El influencer Jonathan Pfaehler, mejor conocido como “The gringo venezolano”, criticó que se utilice los premios Oscar para hacer chistes hirientes y además se permita el uso de un lenguaje inapropiado.
«Cómo es posible que presten una plataforma como los Óscar para ese lenguaje y esos chistes (…) No investigan el proceso de hacer los chistes. (…) y las presentaciones se han convertido ya de burla», expresó en el programa Aló Buenas Noches con Carla Angola.
La cultura estadounidense, a su parecer, ha evolucionado al «chalequeo» y se ha fusionado con la violencia. «EEUU es uno de los países más violentos, a pesar de ser uno de los más avanzados (…) Somos violentos con la palabra», comentó.
Pfaehler instó a los involucrados con los premios a «revisarse» porque considera que la palabra es «hasta más agresiva» porque puede hacer que alguien se haga daño.
María José Martínez, periodista de investigación, señaló que la Academia refleja un espectáculo en decadencia y en la necesidad de ser políticamente «correctos», quieren quedar bien con todos y no terminan quedando bien con nadie.
«Hace un buen rato que se está ofendiendo a la gente y hacen chistes que muchos de ellos están preparados y forman parte del guion (…) pero hay una parte en la que este tema de incluir, ser más jocosos y sumar otros jóvenes, (…) permiten estas bromas que siguen siendo muy pesadas (…) Chris Rock debe revisar su repertorio», afirmó.
Claudia Donoso, neurocoach, manifestó que Will Smith y Chris Rock «ambos van a trascender de esto y dentro de un tiempo» nadie estará hablando de la bofetada en los premios. Sin embargo, resaltó que el gran responsable es el Oscar porque es el dueño de la marca, contrató a los comediantes y tuvo que haber supervisado lo que decían antes y durante la gala.