El príncipe Enrique de Inglaterra inauguró este sábado los Invictus Games, creados para los soldados heridos, durante una emotiva ceremonia en Países Bajos, en la que ensalzó la valentía del equipo ucraniano.
Enrique había llegado la víspera a La Haya acompañado de su esposa, Meghan, en la que fue su primera aparición pública desde su decisión de retirarse de la familia real británica, hace dos años y medio.
«Su valentía y su decisión de venir y estar aquí esta noche no pueden subestimarse», declaró el príncipe en alusión al equipo ucraniano, en medio de un escenario con forma de bumerán.
El viernes, el equipo le había explicado al príncipe que había acudido «a este escenario mundial no únicamente para mostrar nuestra fuerza sino para decir nuestra verdad», según contó Enrique.
Tanto el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, como la esposa de Enrique, Meghan, expresaron su apoyo al equipo ucraniano. «Slava Ukraini!», lanzó esta última desde el escenario. El público respondió con una sonora ovación.
Formado por 19 personas procedentes de una Ucrania devastada por la guerra, el equipo viajó a Holanda para participar en los Juegos, pero lamentó la ausencia de una participante, encarcelada en la ciudad ucraniana asediada de Mariúpol.
Creados por el príncipe, que sirvió en el ejército británico en Afganistán, los Invictus Games son un evento deportivo internacional, como los juegos paralímpicos, para soldados y veteranos de guerra heridos y discapacitados.
El evento, que se aplazó dos veces debido a la pandemia, se clausurará el 22 de abril. Más de 500 participantes de 20 países participan en él.
AFP.