La navidad de este 2020 estará marcada por la pandemia, sin duda un año que no podrá olvidarse.
En el caso de la Reina Isabel, nadie sabe si podrá celebrar la Navidad en su finca de Sandringham, Norfolk, como normalmente acostumbra.
Lo único que es cierto es que para estas fiesta de navidad, la reunión familiar de la corona no contará con la presencia de los duques de Sussex y su hijo Archie.
Harry, de 36 años, y su esposa, Meghan Markle, de 39, viven actualmente en su mansión de USD 14 millones en Montecito, California, y se alejaron de sus deberes reales en marzo de este año. Todo indica que el matrimonio real ya le informó a la Reina de Inglaterra su decisión de celebrar las fiestas en su nuevo hogar y con sus nuevos amigos de Hollywood.
La noticia fue decepcionante para la reina, que “extraña a Harry y a su bisnieto Archie”, a quien no ha visto en un año. Los duques serán, de nuevo, los grandes ausentes. “En esta etapa, realmente están disfrutando de su nueva vida en California y su nuevo hogar. Actualmente no hay planes para que regresen al Reino Unido por Navidad”, aseguró una fuente cercana a los Sussex a la revista Vanity Fair.
El portal de noticias Infobae asegura que Fuentes de Palacio manifestaron que existe una gran probabilidad de que este año Isabel II tenga que renunciar a las celebraciones. Luego de unos meses difíciles para el Reino Unidos a raíz del COVID-19 y para la propia corona por el Megxit y las acusaciones contra el duque de York, la reina de Inglaterra y su esposo, Felipe de Edimburgo, esperaban con ansias reunirse con sus seres queridos. Kate Middleton, el príncipe William, sus hijos, Carlos de Inglaterra, Camilla Parker y el resto de los Windsor, nunca faltan a este evento que ya se convirtió en una tradición.
El periódico The Mirror aseguró que los duques se sienten muy entusiasmados por organizar las primeras festividades en su nueva mansión en Los Ángeles donde compartirán la mesa con otra pareja que se ha convertido en íntima de los Sussex desde el comienzo de su nueva vida: el productor discográfico canadiense David Foster y su esposa Katherine McPhee, quien está esperando su primer hijo.
Con 70 años, uno menos que el príncipe Carlos, Foster ya es señalado por algunos medios como “el padre sustituto” de Harry debido a que viene ayudando a la pareja real desde que abandonaron el Reino Unido para instalarse en el primer hogar en Vancouver. «Tienen una relación hermosa”, aseguró McPhee.
«David y Katherine hoy son el vínculo más importante de la pareja. No hay ningún plan de pasar la festividad con la familia real”, dijo una fuente cercana a los Sussex al citado medio. Al parecer, de acuerdo con el Sunday Mirror, Foster se convirtió en una figura clave en el acuerdo millonario que los Sussex firmaron con Netflix.