Ellen DeGeneres presentadora de uno de los programas más vistos por la audiencia de los Estados Unidos, ha dado un paso al frente ante su equipo de trabajo del ‘The Ellen DeGeneres Show’ después de que la distribuidora WarnerMedia iniciase una investigación interna en el espacio televisivo tras innumerables denuncias de varios trabajadores que exponían que el ambiente diario que reinaba detrás de las cámaras distaba mucho de la filosofía ‘buenrollista’ que se colaba en los televisores de los espectadores de medio mundo.
Un reportaje, publicado por ‘Buzzfeed’ a mediado de junio reveló el presunto ambiente tóxico que se respira a diario entre bambalinas.
El trabajo publicó testimonios de exempleados como una mujer negra que contó cómo en una de las fiestas del programa uno de los principales guionistas del ‘show’ le dijo: «Lo siento, solo me sé los nombres de la gente blanca que trabaja aquí».
En el artículo se citaban además acusaciones de comentarios inapropiados y una dinámica de «terror» en la que los empleados recibirían represalias por tomar días libres por problemas médicos o asuntos familiares, entre otros ejemplos.
Entre las quejas que hizo públicas otro extrabajador del equipo, se instaba a DeGeneres a que cambiase su grado de implicación en el espacio televisivo. «Si quiere tener su propio ‘show’ y que su nombre figure en la marca del programa, necesita involucrarse más para ver lo que está ocurriendo