Reportaje de la DW
La muerte del maestro de la moda alemán ha conmovido a diseñadores de todo el mundo y ha puesto de relevancia la grandeza de su legado, también en América Latina.
«Era una de esas personas cuyo principal legado para la humanidad es haber sabido hacer historia sin pensar en que lo estaba haciendo, en hacerlo sobre la marcha”. Así, con esa rotunda sinceridad, y visiblemente emocionado, describe Jose Forteza al genio que se convirtió en leyenda antes incluso de que su corazón dejara de latir. Karl Lagerfeld, nacido en Hamburgo en 1933, murió este martes (19.09.2019), una noticia que sembró el pesar a lo largo y a lo ancho de la geografía mundial, pero sirvió para demostrar una vez más que el legado de este maestro de la moda alemán parece escapar de las fronteras semánticas de las palabras.
Forteza, editor sénior de las ediciones latinoamericanas de prestigiosas publicaciones especializadas del grupo Condé Nast como Vogue o GQ, es uno de los mayores expertos en la industria de la moda en el continente. Para él, la huella de Lagerfeld en los diseñadores y diseñadoras latinoamericanos es innegable. «Todos”, recalca, «beben de su influencia”.
La herencia que deja el káiser de la moda y director creativo de Chanel –llevaba 35 años al frente de la mítica casa– es mucho más que su obra. Es difícil delimitar la revolución que supusieron sus creaciones y lo revolucionario de un personaje que generaba fascinación e incomodidad, pero era incapaz de dejar indiferente a nadie.
Pareciera que las voces del gremio del diseño respondieran al unísono al ser preguntadas por lo que fue de aquel hombre que nunca se quitaba sus oscuras gafas de sol, así como lo que nos queda de él tras su muerte. El torrente de adjetivos recargados se atropella. Y ninguno parece bastar para describir al modisto.
«Triunfó por muchos motivos, pero sobre todo por atreverse”
«Era un hombre que no dejaba de sorprender, tanto en la pasarela como fuera de ella”. La que habla es Silvia Tcherassi, una de las grandes del diseño colombiano, consolidada como un referente de la moda en América Latina. «Era un hombre capaz de atreverse”, dice Tcherassi a DW, «y yo valoro muchísimo a la gente que se atreve”. La valentía del alemán fue uno de los ingredientes de su éxito, cree ella: «Triunfó por muchos motivos, pero sobre todo por atreverse”.
Pero el maestro era mucho más que eso. Tenía un talento para aquello que le apasionaba, la moda, además de un profundo conocimiento de la historia del arte y de la literatura. Un cóctel de virtudes del que supo sacar el mejor partido: «Él sabía cómo contar historias a través de sus colecciones, sabía transportarte a un cuento”, agrega Therassi. «Sus desfiles eran pura creatividad: en ellos vimos un supermercado, protestas, tributos al pasado, odas al futuro… Era sencillamente increíble”.
El consenso sobre su inabarcable legado se extiende, además, a las nuevas generaciones de artistas y creadores. Así lo cree Santiago García Trías, un joven diseñador radicado en Buenos Aires y formado en capitales de la moda como Londres o París. Entrevistado por DW, el argentino resalta la «revalorización de lo artesanal” que siempre defendió Lagerfeld frente a los dictados de la fast fashion que, cree, han deteriorado a muchos de los grandes sellos.
«En este mundo en lo que todo es copy-paste (copiar y pegar), me parece que él era una fuente misma de inspiración”, confiesa García Trías. «Él siempre avanzaba sobre sus propias estructuras y no según lo que el sistema le iba diciendo”. Y, en este sentido, fue y sigue siendo toda una inspiración para una nueva generación de diseñadores que, cansados de las tendencias imperantes, empiezan a encaminarse en otra dirección. La misma que tomó Lagerfeld, aquella que defendió con su entrega pasional al trabajo.
Un creador y una herencia «atemporal»
La huella de Lagerfeld, un ícono global, en Latinoamérica es bien visible, subraya el periodista Forteza. Prueba de ello fueron la histórica imagen que dejaron él y su ejército de modelos en La Habana cuando el diseñador decidió presentar la colección 2016/2017 de Cruceros en la capital de Cuba. Lagerfeld convirtió durante unas horas el Paseo del Prado de la Habana vieja en un escaparate de celebridades y modelos. Fue la única vez que una ciudad latina acogió un desfile del alemán con Chanel.
«No tuvo ningún reparo en agarrar La Habana, una ciudad en la que la moda había estado dormida casi sesenta años, y convertirla en la más exquisita colección de Crucero que se ha visto en muchos años”, sostiene Forteza.
El genio se ha marchado, pero ahora queda su legado como una fuente de inspiración que se antoja inagotable. «Lagerfeld es tan atemporal como Mozart puede serlo para la música”, se atreve a afirmar este periodista cubano que tan bien conoce el mundo de la moda. Si de algo está convencido Forteza, es de que el alemán no pasará al olvido. «Lagerfeld subió la historia a la pasarela contemporánea”