Los escotes generosos y las espaldas desnudas ya no son patrimonio de las mujeres fatales, como demuestran las colecciones de primavera-verano 2024 presentadas en la Semana de la Moda masculina de París.
Ya sea con un abrigo o un traje, o con un pantalón corto lleno de lentejuelas, la marca Dries Van Noten calzó al hombre con sandalias.
«Me gusta el lado desnudo, la transparencia, los grandes escotes, pero también ver los pies. Intenté hallar algo diferente», explicó a la AFP el estilista belga tras el desfile.
Presentarse con sandalias «es una nueva elegancia», explicó este creador.
La actriz estadounidense Jennifer Lawrence ratificaría esta versión: en el último Festival de Cannes se presentó en la alfombra roja con un gran vestido de gala rojo, y sandalias de plástico negras, lo que suscitó comentarios.
Y el año pasado, en la Mostra de Venecia, fue el turno del actor Timothée Chalamet de desatar pasiones, con un traje también rojo dejando la espalda totalmente al descubierto.
Este sábado el director artístico de Loewe, Jonathan Anderson, volvió a retomar la idea pero con un giro irónico: un enorme bolso de cuero rectangular en el torso, sujeto al cuerpo con cintas en torno a los hombros.
«Realmente no se trata de la espalda, sino del bolso. Es una imagen bidimensional, que en la pantalla ofrece solamente la bolsa», explicó.
«Siempre busco contradicciones en los hombres, y en cualquier mujer. O sea ¿como borramos esas líneas?», reflexionó.
El español Arturo Obegero presentó el viernes una colección en la que los hombres directamente desfilan con pantalones negros pata de elefante, y la parte superior totalmente al descubierto.
O con blusas transparentes y vaporosas.
«Surfer du soir» («surfero de noche») es el título de su colección.
– En la raya –
El dúo francés Florentin Glémarec y Kévin Nompeix, fundadores de la joven marca Egonlab, subieron aún más la temperatura con chaquetas de escote cuadrado, o pantalones de talla extremadamente baja, que mostraban el inicio de los glúteos.
«Esta temporada estamos viendo mucha piel», resumió Florentin Glémarec, a preguntas de la AFP.
«Quisimos saltarnos todos los códigos, sobre todo con el patronaje, sustituyéndolo con algo más creativo, más divertido», destacó Kévin Nompeix.
La idea es ayudar a la gente a «dejar de tener miedo a su cuerpo. No ocultarse detrás de la ropa, utilizarla como una herramienta para transcender lo que somos», añadió.
«Nuestro vestuario no tiene género: ya sea femenino o masculino, o ambos, todas las combinaciones son ganadoras», explicó.
El francoturco Burc Akyol, que debutaba en esta Semana de la Moda masculina, presentó una pieza inspirada del «sarouel» otomano, ese pantalón bombacho cerrado a la altura del tobillo, que este creador fluidificó, con cortes longitudinales que dejaban al descubierto las piernas.
«Siempre he pensado que las personas que escondían el cuerpo negaban su cuerpo. Y a mi me gusta existir como ser carnal», dijo a la AFP este creador novel.
Con sus escotes en jerséis y camisas decoradas con cadenas o una correa, Anthony Alvarez, de la marca francesa Bluemarble, se inspira del universo del surf y del skate de California.
Givenchy dio una lección de eclecticismo, con una colección larga y que tocó todos los estilos.
Los chalecos, que se declinaban en amarillo o en verde olivo, se llevan encima del torso desnudo.
«Esta desnudez es muy reveladora de un momento en que se habla mucho de la fluidez del género», explicó el historiador de la moda Olivier Gabet, director del departamento de objetos de arte del Louvre.
«Los jóvenes creadores ya abandonaron la costumbre de compartimentar, sus colecciones a menudo mezclan hombres y mujeres, no forzosamente en la fluidez de géneros sino con una inteligencia casi comercial, de organización de las colecciones», añadió.
AFP.