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Fact-Cheking

La capacidad para ovular de las gallinas ponedoras no es producto de la modificación genética

Publicaciones que aseguran que las gallinas en su ciclo natural tienen 15 reglas al año, pero son modificadas genéticamente para tener una al día y así acelerar su producción de huevos, se han difundido miles de veces en redes sociales desde enero de 2018. Sin embargo, aunque las denominadas gallinas “ponedoras” llegan a ovular cada 25 horas y alcanzan una producción anual de cientos de huevos, son seleccionadas a partir de sus cualidades para la reproducción y este ritmo no es fruto de un proceso de manipulación genética, indican datos científicos y confirmaron especialistas consultados por la AFP.

Las gallinas, esclavizadas y modificadas para tener una regla al día en vez de 15 al año (…) Cuándo descubriste que es totalmente antinatural que pongan un huevo diario?”, señala una publicación en Facebook. Otras similares, que datan al menos desde enero de 2018, han sido compartidas miles de veces en la misma red social (1) o junto a un video de contenido sensible cuya publicación dice que las gallinas son “modificadas genéticamente para que sus cuerpos no cesen de producir huevos” (2). 

Las hembras que en estado natural ovulan de 13 a 15 veces, han sido modificadas genéticamente por quien las explota para expulsar más de 300 huevos al año”, añade esta publicación de agosto de 2020.  

Contenidos similares han sido difundidos también en inglés y francés.

Captura de pantalla de una publicación en Facebook hecha el 16 de junio de 2021

La veterinaria especialista en genética y magíster en Biotecnología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Gabriela Iglesias explicó a AFP Factual que no hay tal manipulación genética: “El proceso de selección genética es bien distinto a la modificación/manipulación”

“Es a través de seleccionar a los mejores [reproductores], año tras año. Suponte que vos querés animales con más número de huevos por año, entonces año tras año vas seleccionando los mejores, y reproducís a los mejores”, sostuvo. 

“Si vos seleccionás a los mejores animales y reproducís a los mejores, a la larga, se va produciendo una mejora. Eso se llama mejoramiento genético, y es una técnica que se usa en los animales [para producción alimentaria] hace muchísimos años”, y en las gallinas desde mediados del siglo XX, agregó Iglesias. 

Con ella coincidió la doctora en genética avícola Zulma Canet, quien trabaja en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en Argentina y es miembro del Grupo de trabajo para el bienestar animal en gallinas ponedoras del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa): “¿Por qué antes una ponedora ponía 50 huevos y ahora pone 480 [en todo su ciclo]? Porque se usó un proceso de selección a partir de la observación y elección de los animales que se van a reproducir para dicha finalidad, en este caso, ponedoras”.  

Entre los factores que afectan el ritmo de producción de huevos se encuentran la raza, la edad de la gallina, su alimentación, la iluminación del lugar en que vive y las enfermedades que pueda tener. 

Canet explicó que no es posible manipular genéticamente a las gallinas para que produzcan más huevos: “Cuando nace, tiene la cantidad de óvulos -como cualquier hembra de cualquier especie- que va a ovular durante toda su vida. Y esos son los futuros huevos, no pueden ser ni más ni menos de lo que genéticamente está formada”

“Hay gallinas que, por ejemplo, tendrán 300 huevos (…) No van a poner 301 porque no tienen 301 óvulos y no hay manera de generarlos”, sostuvo.

Además, Canet aclaró por qué no son animales genéticamente modificados: “Eso sería decir (…) ‘le voy a poner a la gallina el gen de producción de huevos [de otro animal] para que ponga más huevos’. Eso sería una modificación genética, porque vos estás cambiando el gen, el genoma del individuo. Eso no lo hacemos. Es solamente tratar de mejorar en base a lo que es natural”.

Una gallina en una granja avícola el 14 de mayo de 2013 en Cali, Colombia
(Luis Robayo / AFP )

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los pollos domésticos aparecieron hace más de 8.000 años en Asia sudoriental y llegaron al resto del mundo a través de marinos y comerciantes. Hoy son la especie avícola más importante del mundo.

En las últimas décadas se han desarrollado razas comerciales de pollos de alto rendimiento para satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos de origen animal. Estos pollos se crían específicamente para la producción de carne o huevos y requieren un manejo nutricional y sanitario intensivo para expresar su potencial genético”, detalla la FAO.  

Y agrega que hay casi 1.600 razas autóctonas de pollos: “Son el resultado de siglos de selección natural, cruzamiento y apareamiento al azar dentro de las parvadas”.

De 40 a más de 300 huevos 

Dado que el huevo tarda unas 25 horas en formarse, “es imposible que la gallina ponga más de un huevo por día. Cuando la gallina puso el huevo, tienen que pasar 40/50 minutos hasta que ovula otra vez y empieza el proceso de otras 25 horas, por eso se va corriendo [la frecuencia]”, dijo Canet. 

Asimismo, la especialista puntualizó que las gallinas tienen ano y cloaca, y que ponen sus huevos por la cloaca, no por el ano, como afirma una de las publicaciones mencionadas. 

“Siempre tiene un período de descanso que es natural, que va formando toda la cascada hormonal. Este ciclo natural es el que es”, dijo la experta. Se trata de “seleccionar a las gallinas que ovulan de manera más frecuente e ir reproduciendo esas” para los fines de postura, agregó.

En condiciones óptimas, las denominadas gallinas ponedoras tienen la capacidad genética para producir unos 300 huevos al año, de acuerdo a datos avalados por instituciones y expertos

Canet explicó que una gallina de alta postura tiene un ciclo productivo de hasta 100 semanas, es decir, casi dos años.

Las gallinas autóctonas, originarias de un determinado lugar y adaptadas al medio naturalmente bajo sus condiciones ambientales, no ponen más de 40 a 60 huevos, según la FAO. 

El huevo es uno de los alimentos más completos y económicos que existe, coinciden los especialistas.

“La particularidad que tiene la gallina, y son cosas muy delicadas, es que genera un alimento de una excelente calidad, de una proteína de alto valor biológico y que es muy barato. Entonces, generar una mala información que haga que la gente se retire de consumir este tipo de proteína (…) es riesgoso”, consideró Canet.