Publicaciones compartidas más de 1.500 veces en redes sociales desde el 8 de julio pasado aseguran que son “sospechosas” las muertes de los presidentes de Haití, Burundi y Tanzania, y que están relacionadas a su rechazo a las vacunas contra el covid-19. La afirmación, sin embargo, es falsa. Todavía se desconocen los motivos del asesinato del presidente haitiano, Jovenel Moise, pero él no se oponía a las vacunas. El mandatario de Tanzania, John Magufuli, quien sí se oponía, falleció a consecuencia de una afección cardíaca. Lo mismo ocurrió con el presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza.
“La extraña muerte de tres presidentes anti vacuna contra el coronavirus: Burundi, Tanzania y ahora…Haití”, titula un artículo del argentino Diario26, en el que se afirma que “cada presidente que se opuso a la aplicación de vacunas contra el coronavirus, lo ha pagado (de un modo u otro) con su vida.”
En Facebook y Twitter circula un meme en el que se lee, en referencia a los mismos mandatarios: “Todos los presidentes que rechazan la vacuna de la OMS aparecen muertos o son asesinados”.
Las mismas afirmaciones también circulan en Instagram (1, 2) y Telegram (1, 2).
Jovenel Moise, presidente de Haití
En la madrugada del 7 de julio de 2021 un escuadrón armado ingresó a la residencia presidencial de Puerto Príncipe y acribilló al mandatario haitiano, Jovenel Moise. En el ataque también resultó herida su esposa, Martine, quien fue trasladada a un hospital en Miami.
Una semana después la policía haitiana había arrestado a 18 hombres de nacionalidad colombiana y a tres haitianos en relación con el crimen. Las causas del magnicidio aún están siendo investigadas.
Haití está sumergido en una profunda crisis institucional desde hace décadas. La oposición nunca reconoció la victoria de Moise en las elecciones de noviembre de 2016 y no hay Parlamento desde enero de 2020 debido a que no se celebraron comicios legislativos.
La gestión para adquirir vacunas contra el covid-19 en Haití, el país más pobre de América, tuvo avances y retrocesos, pero Jovenel Moise no se oponía a vacunar a la población.
En abril pasado, el gobierno había rechazado un envío inicial de 756.000 dosis de AstraZeneca, alegando preocupaciones por los efectos secundarios asociados a dicha vacuna y solicitando inmunizaciones de otros laboratorios. Sin embargo, después revirtió la decisión.
El 18 de mayo de 2021, durante el discurso de conmemoración de la Bandera de Haití, Moise dijo: «Dispondremos de vacunas contra el coronavirus». Y llamó a la población a que, hasta tanto llegaran las dosis, tomase medidas para evitar el contagio. «Pónganse las mascarillas, respeten el distanciamiento social, lávense las manos, dejemos de dar abrazos», recomendó.
De acuerdo con un artículo publicado el 6 de julio pasado en el periódico The Haitian Times, en esa fecha el país estaba esperando 130.000 dosis de AstraZeneca, que debían haberse entregado el 14 de junio, como parte del mecanismo Covax.
Pero no fue sino hasta el 14 de julio que Haití recibió un primer cargamento de vacunas contra el covid-19, como parte de una donación del gobierno de Estados Unidos a países de bajos ingresos, cuya distribución se realiza mediante Covax.
El Ministerio de Salud de Haití también ha sido favorable a las vacunas. En Facebook, donde reporta a diario las cifras de contagios y fallecidos, publicó el 20 de junio pasado un video a favor de la inmunización:
Además, a fines de junio ese ministerio autorizó al sector privado a comprar vacunas.
John Magufuli, presidente de Tanzania
El presidente de Tanzania, John Magufuli, murió en marzo de 2021 por problemas cardíacos a los 61 años, de acuerdo con las autoridades estatales. Pero, según la oposición, murió a consecuencia del covid-19, aunque esto no ha sido demostrado.
Antes de su fallecimiento, el mandatario había desestimado la pandemia y era un fuerte opositor a las vacunas.
«Hay que ser firmes. Las vacunas son peligrosas. Si el hombre blanco pudiera inventar vacunas, debería haber encontrado una vacuna contra el sida; encontraría una vacuna contra la tuberculosis; encontraría una vacuna contra la malaria; encontraría una vacuna contra el cáncer», dijo Magufuli en enero pasado.
Las autoridades de Tanzania no han culpado de la muerte del presidente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni a ninguna otra institución internacional.
La nueva presidenta tanzana, Samia Suluhu, hasta entonces vicepresidenta, tomó medidas para combatir el contagio de coronavirus y animó a la población en junio pasado a respetar el distanciamiento social.
Tanzania, que había dejado de publicar datos sobre el covid-19 en abril pasado, volvió a hacerlo en mayo. A principios de julio, sin embargo, aún no había puesto en marcha una campaña de vacunación contra la enfermedad.
El 22 de julio, el primer ministro Kassim Majaliwa anunció, finalmente, la llegada de vacunas, tras haberse sumado al mecanismo Covax.
Pierre Nkurunziza, presidente de Burundi
El presidente Pierre Nkurunziza, exprofesor de educación física, murió a los 55 años de un paro cardíaco, según fue informado oficialmente, el 8 de junio de 2020, meses antes de la aprobación del uso de emergencia de las primeras vacunas contra el covid-19.
Al igual que Magufuli, Nkurunziza se mostraba escéptico a la pandemia de covid-19 y no alentó medidas para contener la circulación del virus, pues consideraba que el país estaba protegido de la enfermedad “por gracia divina”. En mayo de 2020, el gobierno ordenó la expulsión del país del representante de la OMS y otros expertos de la organización.
Algunos medios especularon que Nkurunziza había muerto de covid-19.
¿Cuál es la situación actual en Burundi respecto de la pandemia? Un portavoz del Ministerio de Salud Pública y Sida, Jean-Bosco Girukwishaka, habló con la AFP el 17 de julio pasado:
«Burundi aún no ha iniciado una campaña de vacunación, a pesar de permitir el uso de la vacuna al personal de la ONU y a algunas embajadas. El gobierno prefiere esperar antes de tomar una decisión hasta tener un buen conocimiento de los efectos de estas vacunas, sobre todo porque no hay ninguna emergencia ya que la pandemia se ha contenido hasta ahora en el país», explicó.
El 1 de julio, durante la conmemoración de la Independencia de Burundi, el ahora presidente Evariste Ndayishimiye anunció la política de “Ndakira, Sinandura kandi Sinandukiza Coronavirus” (“Curaré, no infectaré ni propagaré el coronavirus”), que consiste en detectar los casos positivos de covid-19 lo antes posible y prevenir otros mediante el uso de medidas sanitarias.
Si bien Ndayishimiye no ha introducido la vacunación, considera que el covid-19 es el «mayor enemigo» de su país.
Burundi no ha culpado a ninguna organización internacional por la muerte de Nkurunziza, quien, al igual que el presidente de Tanzania, falleció por causas naturales, según las propias autoridades.