El gobierno de Joe Biden tiene previsto mantener su meta de aceptar 125.000 refugiados en el próximo año fiscal, según un documento interno obtenido por Reuters. Esta política, que se alinea con los principios de la administración Biden de promover una mayor apertura hacia los refugiados, continuará si Kamala Harris, actual vicepresidenta, gana las elecciones presidenciales de noviembre de 2024.
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A pesar de los desafíos logísticos, el gobierno espera alcanzar la cifra de 100.000 refugiados admitidos en el año fiscal 2024, un récord que no se había alcanzado en tres décadas. En comparación, durante la presidencia de Donald Trump, las admisiones de refugiados se redujeron significativamente, y el exmandatario ha prometido restablecer esas políticas si regresa al poder.
El Departamento de Estado reafirmó su compromiso con un programa de reasentamiento que refleje los valores y la generosidad de EE.UU., mientras que Refugee Council USA ha solicitado a Biden que aumente la cuota de refugiados a 135.000 para 2025, en respuesta a las crecientes necesidades globales.
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Uno de los logros más destacados de esta administración ha sido el aumento de la admisión de refugiados de América Latina, con más de 16.000 personas provenientes de la región desde octubre de 2023, una estrategia clave en medio de niveles récord de desplazamientos en el continente.