Montada a caballo, Alba García cruzó el río de aguas achocolatadas de El Guasaule con la esperanza de recibir la vacuna Moderna o Pfizer contra el covid-19 que una brigada médica está aplicando a miles de nicaragüenses, como ella, al solo cruzar la frontera.
«Estamos buscando la vacuna para protegernos del covid-19 que anda tremendo en Nicaragua», afirmó a la AFP Alba, de 57 años, después de bajarse del caballo en un camino fangoso de un lodo negro, pegajoso.
Al menos unas 10.000 personas hacían una fila a lo largo de cinco km a la orilla de la carretera que conduce a la frontera, 120 km al sur de Tegucigalpa. Llegaba hasta una carpa verde, donde atendían el puesto diez enfermeras.
A los mayores de 12 años les están poniendo la Moderna y a las mujeres embarazadas la Pfizer.
En Nicaragua «están poniendo (una vacuna) pero dicen que es la cubana y esa no nos garantiza para salir fuera del país» (donde piden las reconocidas por la Organización Mundial de la Salud, OMS), añadió Alba, de baja estatura, trigueña y complexión fuerte.
Desde el jueves anterior, cientos de personas procedentes de Nicaragua empezaron a cruzar la frontera con Honduras, cuando medios de su país informaron que las autoridades hondureñas estaban vacunando a los nicaragüenses.
– Ni la rusa ni la cubana –
Pero este lunes eran miles los que cruzaban en caballos y balsas, después de pagar 100 lempiras (unos cuatro dólares) a hondureños que los pasaban por el río, crecido por las lluvias de la temporada.
Luego, seguían a pie o en caballos, por el fango, hasta el puesto de vacunación.
«Sean obedientes por favor se va a vacunar a todos los que están allí, pero hagan la fila para poder trabajar bien», instaba con un megáfono una de las enfermeras ante la desesperación de mujeres y hombres, que se aglomeraban frente a la carpa.
En Managua circulan anuncios de paquetes que incluyen el traslado por carretera a una zona cerca de El Guasaule, que incluyen el bus y el caballo o el bus y la balsa por precios que rondan los 25 o 30 dólares. Otros salieron hacia la medianoche en grupo en sus vehículos para hacer fila desde temprano.
«Andamos buscando la vacuna porque nuestro gobierno no nos facilitó la que pusieron acá» en Honduras, porque en Nicaragua están poniendo «a los menores la cubana y a los mayores la Sputnik (rusa) que no están certificadas por la OMS», afirmó Nohelia Gacía, de 36 años, que llegó desde Managua.
– Vacuna de la solidaridad –
«Yo le agradezco un mundo al gobierno de Honduras por estar atendiendo a tanto nicaragüense que hemos venido desde muy largo. Eso es una gran cosa, es humanitario», reconoció José Bermúdez, de 59 años, originario de Chinandega, mientras se sostenía el hombro después de recibir la vacuna.
Sergio Espinoza, un comerciante hondureño de 58 años que hacía trámites en la frontera, elogió el gesto de su país. «Todos somos hermanos y necesitamos que esta pandemia se vaya», manifestó.
El gobierno hondureño anunció la semana pasada que brigadas se desplazaron el jueves a los puntos fronterizos de El Triunfo (El Guasaule) y La Fraternidad (San Marcos de Colón) para vacunar a nicaragüenses.
«Son 4.000 primeras dosis que a diario están disponibles» y la segunda dosis está asegurada «dentro de 28 días», precisó en un comunicado.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), ubica a Nicaragua entre los seis países del continente con más baja cobertura de vacunación.
El país, con 6,5 millones de habitantes, reporta hasta ahora 16.422 contagios y 206 fallecidos, pero una red de médicos independientes del Observatorio Ciudadano contabiliza 30.809 casos y 5.832 muertos con síntomas de covid-19.
En tanto, Honduras, con casi diez millones de habitantes, más de 374.000 casos y 10.200 fallecidos por covid, ha inmunizado a cerca del 40% de su población con vacunas compradas o donadas por el mecanismo Covax de la OMS y algunos organismos privados.
AFP